Quien quiera que sea yo

Soy marea traicionera
estruendo fugaz e impredecible,
la cólera hecha carne con hueso,
mente con chispa y alma con vuelo.

La calma me invade ala vez que me persuade
de pensar en letanías, de morir solo en mi agonía.

Hay minutos descompuestos
y otros son puros descontentos,
pero hay silencio en el escándalo
y luz en en éste instante cruento.

Mas penar en otras sonrisas me trae recuerdos
de otras vidas, de otros tiempos que fueron pasajeros.

Y la lluvia cae desde hace días
pero mi tercer ojo sigue seco.
Las flores, aunque no marchitas
tampoco se hallan floreciendo.

Soy quien debo ser a cada momento;
La razón y la estupidez del inexperto.

Soy solo un charlatán que vende versos
de ocasión y algunas palabras de adiós.

Y soy muy pero muy por dentro un sol.
La joya matutina de alguna desconocida
y en la música de aquella, seré en bemol
la nota tónica; la alegría como cantada.



​

-Kevin Vera Méndez.

 

Qué bella profundidad amigo...me ha gustado volver a leerte...
Te abrazo con todo mi cariño...

 

Deliciosa inspiración nos dejas, talento aportas a tu poema.
Un placer, saludos.