Quimera

Una noche, de espléndidas estrellas,
un lucero me mira, vacilante,
y parece decirme en sus centellas:
soy el alma de aquella vida errante,

Que en tu vida dejó sus mudas huellas.
Te he seguido a través del firmamento,
y sé bien que vislumbras sobre ellas:
Me lo dice el corazón, con hondo acento.

Yo también, como tú, sufro el flagelo
de esta ausencia mordaz, que me devora;
de mis noches de amargo desconsuelo;
de mis días sin luz y sin aurora.

Yo quisiera, lo mismo que un lucero,
seguirte en los espacios siderales,
alejados del mundo traicionero
y el sórdido vivir de los mortales.

tu recuerdo es la aurora que ilumina
el oscuro sendero de mi vida;
y como alma perdida en la neblina,
llevo a cuestas la cruz de tu partida.

Esta noche contemplo el infinito,
y pido a Dios que, un venturoso día,
me lleve, por el mismo senderito,
allá donde tú estas, amada mía.

Pero sabré esperar, con estoicismo,
el momento final de mi partida;
que la muerte me saque del abismo
fatal y doloroso de la vida.



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Bellas rimas, me gustó mucho tu poema.
Te informo que edité tu título, ya que por reglas del portal, los títulos no pueden escribirse completamente en mayúsculas, a fin de que no se destaquen unos por sobre otros.
Saludos cordiales.

 

que hermoso poema regalas

 

Hermoso poema para un adiós inevitable, ha sido grato pasar y disfrutarlo, saludos y feliz año 2016.

 

Bella inspiración en el trabajo magnífico, alta calidad estupenda.

 

Tristes pero hermosos versos que merecen aplausos. Un placer disfrutar su poesía. Saludos.

 

Gracias por su amable atención a mi poema, queridas amigas y amigos de estas páginas, y mis respectos sincero.

 

Un maestro don Casanova. Nada hace tan real a la poesia como la real poesia de la vida vivida. Por favor regalenos algo mas cuando pueda.

 

melancólico poema... saludos