Quimera.

Un pez fuera del agua

que intenta vivir donde no le pertenece,

mientras sus movimientos espasmódicos

le hacen ser pájaro por un instante;

salpica consuelo por cada aleteo

que le arrastra a un final inconsciente.

-¿Morirá siendo pez o ave?-

Ayer se consumía su cuerpo

en el caminar del tiempo;

una fila de hormigas son el olvido

que muerde de manera ondulada

la piel aún templada de una existencia,

y es la mariposa sonámbula

quien vuelve a la lánguida simetría,

de unas pupilas midriáticas que se fijan

en algo inagotable, revoloteando

por la ingenua eternidad que resta

importancia al presente;

su mirada aún brillosa, viva

de alcanzar lo que quiso, se zambulle

en la pecera de las indolencias.

Todos dejamos atrás cadáveres

de sueños, que se deshacen por

las realidades quiméricas de pensar

que estamos locos.

.

.

.

Tengo un pez koi que nada

contracorriente por mis venas

y asume la psicosis de sus rarezas.
¿Lo quieres?


​

 

Es un bello poema lleno de imágenes inquietantes y rumbos inciertos.
Como la primera pareja de peces koi liberados en la corriente.
Su destino al océano, o lo cielos corriente arriba, con su necesaria transformación.
Es un proceso... es un reto...

 

La imagen del pez fuera del agua me hace pensar que todo depende del pez; si se adapta a su nuevo medio sobrevive y trasmite nuevas características a sus descendientes...
No todo está perdido si eres un bichir una trucha o saltarín...
Aunque ese pez koi es mucho más bonito.
Peces o humanos, muchos andamos con la corriente pero internamente a contracorriente. Muchos no sabemos por qué, pero solo vamos... seguimos... deámbulamos, pese a los sueños perdidos. Es algo instintivo y muchas veces, obligado.

Están buenas las imágenes que dejas impregnadas...

Beso

 

Acabo de despertar de descansar un poco y me encuentro con tu respuesta, que da tanto para hablar( me encanta)...la adaptación es todo un reto, o sobrevives o no, y la naturaleza te empuja a evolucionar o metamorfosear de alguna manera, para seguir.
Necesito mi estanque de peces koi "algo hermoso de muchos colores"...además no podría tener mejor compañía, simbolizan la tenacidad y la perseverancia.
Nadar contracorriente cansa, pero merece la pena. Es dejarse llevar... pero no por la corriente que arrastra, sino fluir por la corriente que tenemos dentro que es la más fuerte de todas y también la más importante.

Lo dicho, necesito mi ejército de kois mírate la leyenda

 

Hay peces que adaptaron sus agallas para respirar del aire. Besis.