Ragnarök

Veo una luz blanca,
un nuevo amanecer y un nuevo vivir,
una dama encendida en luz de alba
es la hermosa Valquiria que viene por mí.

He dejado mi sangre en el campo de batalla,
he dejado mi alma junto a una ilusión,
crucé desiertos y verdes montañas
y ahora voy al Valhalla donde tengo mi habitación.

Suaves manos acarician mi cara,
dulces besos sacian mi sed,
he dejado que mi vida se apagara,
hoy conozco la suavidad de tu piel.

Se apagaron muchas luces,
ahora reina la oscuridad
las sombras que no seducen
atrás quedó la puerta que acabo de cerrar.

Tengo heridas las manos,
agotados y agobiados los pies,
tengo seca la confianza, los sentidos cansados
un libro escrito por la vida que no podré leer.

Espero dormido y bien acompañado,
entre luz, entre cantos y música preciosa;
esperando otra lucha, otro combate armado
que supone el fin de todo, una tragedia temerosa.

Ya no habrá más esperanza ni eternidad segura,
una guerra en que perecen los sentimientos más profundos,
todo será derrotado, no habrá fuerte armadura
que soporte los embates de los miedos moribundos.

Y entre dioses, gigantes y monstruos que pelean
se perderá entonces mi alma tan guerrera,
tantos siglos, tantos sueños que ya nunca más se anhelan
¿moriré en la otra vida?...se apagará la luz de mi única vela.