Reciclar debajo de la alfombra (soneto con estrambote)

En pleno excelentísimo una villa

sumida en vanguardísima sesión

aprueba que a tal punto y ocasión,

«conviene reciclar más», ¡apostilla!



Ergo, ¿de qué riñón y qué costilla

la carga de tamaña decisión...?

Se huele patronazgo de razón

y erario atesorado de Bastilla.



Fardar de ecología..., ¡gran revuelo!,

y sigue a la inquietud un pulso bufo;

el pueblo exige: «¡Todo tal que estaba...!»

—Apura el consistorio: ¡cuezo el haba!—

«¡Cuidad más el jardín!» «¡Limpiad el suelo...!»

—De sapiens poca flor, de can buen tufo—.



Rebota si, Tartufo,

en silla de curul —la gesta asombra—

recicle con su afán..., bajo la alfombra.
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El ayuntamiento de Meliana ha decidido retirar los contenedores de basura a cambio de clasificar todos los desperdicios en las propias viviendas y en varios recipientes que dispone al efecto. La propuesta es casi impoluta desde el punto de vista ambiental, el problema es la falta de espacio físico y de tiempo para estudiar bien la propuesta.

 

Agradecido por tu comentario, Bristy. Arreglar el mundo es tarea harto difícil, mucho más cuando se hace deprisa y corriendo, y en esta pequeña parte de mundo la suciedad y descuido de parte de elementos comunes deja mucho que desear. Reciclar más, sí; pero con preparación, tiempo y sin imperativo legal.

Con afecto.

Frankos