reclamaciones a una musa

Donde está la que antaño era tan hermosa
Olvidada, y vieja, y un tanto amargada

Donde está la que antaño llegó a diosa
sumisa, de su puesto quedó vedada

Donde aquella cuyos labios eran prosa
titubeando y sin su lengua afilada

Y el ruiseñor de la canción preciosa
tan áspera como su voz devastada

Dónde estás musa acude a mi llamada
Lo siento, cariño, no me hagas de esto un drama