Recordando a mi madre

Cuantas veces sus caricias disfrute,

Las que me dieron sus manos maternales.

Hoy que solitario, en el mundo me quedé,

Fría es la ausencia, como témpanos glaciales.


Por manojos, me entregó concejos sabios,

Quiso a mi vida quitarle los resabios.

Sin darme cuenta, poco a poco iba muriendo,

Su luz, sus fuerzas se fueron extinguiendo.


No lo creía, no lo estaba sintiendo,

Mis ojos ciegos, tampoco estaban viendo.

Un día cualquiera, el que menos yo esperaba,

Se fue en silencio, mientras yo me desgarraba.


Hoy añoro sus besos, su voz y su ternura,

Sus sabios concejos, y toda su dulzura.

La paz que con su abrazo yo encontraba,

Hasta las heridas, en el alma me sanaba.

 

Dulces y tiernos versos de amor a lo mas grande que tenemos
una Madre, me abrazo calidamente a tus versos. Saludos

 

gracias poetisa Rosa Reeder por tu visita y halagador comentario, que bueno que te haya gustado. Un abrazo fraterno.

 

Muy bonitas y sentidas palabras poeta, cuartetas con buena cadencia y fuerza en el sentimiento, felicitaciones y un saludo sincero.

 

Hijo de la luna: Muchas gracias por tu gentil visita a mis líneas y halagador comentario, me produce gran alegría. Un abrazo.

 

Muchas gracias Lucyabsenta: Que bueno que te haya gustado, me motiva tu comentario. Un abrazo de luz.

 

Conmovedor poema. Nuestra madre estará siempre con nosotros.

Saludos desde Madrid.

 

Grato saludo Antonio, que pena que vi tan tarde tu comentario, por ello me disculpo. un abrazo.

 

Luzyabsenta: Muy gentil eres. Un abrazo de luz. Mayita.