Recordando.

Cae la noche, con su dama brillante y sus destellantes amigas
en su manto negro que lleva arrastrando por todo lo largo y ancho del cielo.
La brisa en su vaiven refresca el lugar trayendo consigo el vago recuerdo de tu aroma
y el canto de los grillos haciendo su tonada, de aquel momento en que nos conocimos.

Pasaron lentas las horas dandonos oportunidad de conversar
y entre risas y miradas el corazon se empezo a acelerar
que sin pedir permiso alguno un beso yo te pude robar.
El frio invadia nuestros cuerpos, mas no lo que sentiamos
porque de ese beso robado fue el inicio de nuestro amor bonito.

 

Excelente prosa, buenas pinceladas. Un placer, buen día.