Recuerdos de la calavera

En mis costillas en mis verja toráxica

los trenes hacen de la sangre un eterno grito de ahogados

un picor salta de vez en cuando hacia el dedo salvador que taponea

la sangre se viene inunda toda la imaginación oscura de los caídos

pero inmediatamente después la sangrre toma sus rifas

acierta con su lumínica dirección calórica

no se detiene

y vuelvo a pensar en las circunstancias que me han traído hasta aqui:

una equivocación con llaves una lluvia que se perdió en la acera

una comida aún con plumas

y un apreton de manos en el pecho

y dias después

la religión entra en el paro

los sedantes en un estado de locura con gamuza

la cabeza hecha espinas

el aire canta sus himnos entrecortados

algo empuja

y el pecho cae

como un escupitajo que sobra.