Recuerdos de un mañana

Estamos volviendo a caer en los brazos de la nada que nos observa lentamente, todo se resolverá de una u otra forma de expresión. En unos segundos volveré a desajustar la medida de los sueños muertos que me han agobiado durante algún tiempo.

Es hora de volver a tomar la salida y olvidarnos de aquellas cosas horribles que nos hicieron crecer de manera negativa en la oscuridad del silencio.

Hoy preservaremos la calma a pesar de todo los que nos dicen saber qué es lo que nos pasa. ¡Creo que no saben nada, no ven más allá de las cosas que tienen en frente!!!

Pero debería terminar esta historia sin horizontes reales, la historia que estoy descorriendo sin cesar.

Creo y me siento capaz de levitar.

Cuando veo las escaleras creo que podría sentirme parte de la nada, viajando por la sangre, por mi sangre, desorientado y sin rumbo pero encerrado en mi cuerpo detrás de las sombras escondidas en los pensamientos oscuros de siempre.

Anoche salté de la terraza y el final no llegaba hasta que vi tan cerca el suelo.

Fue todo tan real ese dolor en el rostro, pude sentir como crujían los huesos, de pronto cuando vi explotar mi cara y salpicar de mí en todas direcciones, restos de mí hacia todos lados.
Me sentí inmenso, esparciéndome literalmente.

Después logré escuchar la música de la desesperación inoportuna que agobia casi a todos los sentidos de éste pobre corazón.

Casi sin fuerzas pude arrastrarme sobre la fría cerámica cocinando situaciones tan reales como siniestras. Juntando todas mis partes disjuntas intentando un nuevo formato de mí mismo, como aquel anhelo surrealista de resetearme y volver a empezar.

Dentro de mi cabeza y fuera de ella estaba ese pedazo de impaciencia que acelera subjetividades poco urbanizadas dentro de mi moribunda calma.

Quiero compartir cada vivencia, que haya vivido o no, eso lo dejo a su criterio. Pero es casi imposible contarlo con palabras. Es que a veces las palabras no alcanzan para dibujar la escena y viajar por las historias vividas y revivirlas en algunos instantes moviendo la cabeza imaginariamente hasta lograr sofocar aquellos pocos instantes que valieron la pena.

Sé que me llevaré puestos todos los olvidos que sean estrictamente necesarios. Quizás de un momento a otro puedan extinguirse las palabras cruciales que intento responder ahora. Rasgando cada uno de mis pensamientos inexistentes hasta hace un minuto, pero que les aseguro, podría escalar tranquilamente por los bellos y viejos recuerdos de ese mañana aun no vivido.

Debo abrazarme a ese sueño, creo que es más de lo que podría vivir.

Entonces pienso en que cada vez que miro hacia atrás dejo de pensar.

La nada es una alteración del abismo de simultaneidades oscuras. Calculo que podría interactuar desde mis tiempos muertos tan recónditos como los primeros pensamientos de mi propio ser.

De modo es que allí es donde vuelvo a ver todo lo que puedo imaginar.

Sin nada que perder viajaré hasta la muerte, donde espero saber si tengo alguna oportunidad de ser yo mismo. Aquí ya no hay lugar para mí…

 

fuerte...
Me dejaste el silencio.
saludos.

 

Gracias Nudo querido a veces pienso que no soy yo el escribe estas cosas, pero luego me reconozco en las palabras y los meta mensajes.
abrazo enorme.
y gracias por estar!!!