Recuerdos

Recuerdos



Hoy me puse a arreglar mis recuerdos, los cuales estaban completamente desordenados, amontonados todos en un rincón. Polvosos y carcomidos en su gran mayoría. Ya era hora de realizar una buena limpieza.
Supongo que habré de comenzar por el principio, es decir, por el día en que te conocí o ¿será por el día que por primera vez te vi? No lo sé. Tal vez deba iniciar en el momento en el cual me di cuenta que estaba enamorado de tu frágil figura. Momento el cual supongo debió ser algo así como entre las dos fechas anteriores. ¿O será mejor iniciar cuando confesé ante tus azorados ojos la pasión que me consumía, la cual me conducía a ti?
¡Sí; eso sería lo más lógico! No sé como hallas acomodado tú esos mismos instantes, pero supongo que habrás hecho algo parecido.
Gratos recuerdos son esos en realidad, el primer beso; tan lleno de inocencia y miedo. Si vieras como temblaba, como la duda corroía mi alma. ¿Supongo que tú temblabas también?
¿Qué fue primero: el beso o la rosa? No lo recuerdo bien. Es una lástima que no estés aquí para ayudarme a despejar mi duda, ya que después de todo, esos recuerdos nos conciernen a los dos y jamás estarán completos, mientras nosotros no los complementemos.
¿Recuerdas las caminatas a tu casa bajo el amparo de los rayos lunares? Recuerdo bien el anillo de plata con incrustaciones de ámbar, sí; ese que te regalé un sábado en el café en coyoacán. ¿Sabes, he olvidado el motivo de mi obsequio? ¿Era tu santo, tu cumpleaños, nuestro aniversario o fue una espontaneidad mía?
Tanto tiempo juntos y ahora me cuesta tanto poner en orden cronológico mis recuerdos, los cuales marcaron nuestro amor.
Debajo de las cartas y los poemas, debajo de los besos y las risas, encontré una caja de cartón, adornada con un moño rojo deshilachado. Dentro de ella estaba el suéter azul que compré para tu cumpleaños. Suéter que jamás usaste, suéter que jamás complemento tu figura. Suéter que guardo entre mis recuerdos.
Recuerdo bien que un día paseando por Correo Mayor, señalaste el suéter azul en un puesto, vi tu cara de frustración al querer comprarlo. Días después fui a comprarlo a sabiendas de tu inminente cumpleaños.
Ese día no pude asistir a la comida familiar en tu casa, el trabajo me quito los últimos momentos entre tú y yo.
Esa noche llovió, pero a pesar del aguacero llegué a tu casa como a las 6:30, con tu regalo bajo el brazo, empapado, cansado pero feliz, pues al fin te vería. Al acercarme al edificio te vislumbre a lo lejos, bajo la tenue luz del foco de la puerta, pensé en correr y abrazarte; cuando vi que no estabas sola, en ese instante te despedías de tu primo Felipe, pero la despedida era un largo y cálido beso, un beso en el que los dos se fundieron en un solo ser. Atónito y confundido me retiré, di la media vuelta y regrese a casa bajo la misma lluvia.
Al llegar a mi departamento aventé la caja a un rincón y dormí con la ropa mojada, no tenía fuerzas ni para desvestirme, el sueño llego a la par que la convicción de sentirme traicionado.
Esa fue la última vez que te vi, al otro día desconecté el teléfono y empecé a buscar un nuevo departamento, mientras lo encontraba me mude a casa de un primo.
Sé por los vecinos y mis familiares que tú me buscaste insistentemente, incluso que esperaste toda una noche a que yo retornara, pero fue inútil, nadie supo darte razón de mi paradero.
Ahora vivo en otro lugar, lejos de ti, pero rodeado de mil recuerdos que hacen mi existencia menos solitaria.
Hoy dormiré con tu suéter azul, para sentir tu etérea presencia a mi lado, para sentir tus dedos invisibles por sobre mi cuerpo y yo entre lágrimas y sollozos añore esos momentos en que tú y yo fuimos felices.

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Qué hermosa prosa, la partecita del anillo me hizo tambalear el corazón.
Te felicito.

Un beso.

 

Wow excelente narración, definitivamente, cuánta melacolía... me atrapaste, captaste toda mi atención.

Felicidades.

 

Roxy Ancayay: Este relato tiene algunas partes de ficción o otras de triste realidad...como diferenciar uno del otro....

Besos al vacío...

 

16/07/92: Pude atrapar tu atención por ser ficción que se asemeja a la realidad o por ser real que se asemeja a la ficción..? No por ello dejan las cicatrices de latir cada vez que retomo su lectura...

Besos al vacío...