Recuerdos

roza mi frente ¡oh brisa vagabunda!
con tus alas cargadas de fragancia;
cada uno de tus besos mi alma inunda
con los gratos recuerdos de mi infancia.

sentado al pie del corpulento sauce
donde soñé con mi ilusión de niño,
miro otra vez el rumoroso cauce
testigo fiel de mi primer cariño.

¡oh! brisa como tú, soy vagabundo,
y corro sin cesar tras mis quimeras;
mi patria fué la inmensidad del mundo;
náufrago fuí de todas las riberas.

me han quemado los soles del desierto;
me han helado las nieves de las cimas;
y en las noches, delante el cielo abierto,
le pedí a sirio luz para mis rimas.

como tú visité pobres cabañas,
deslumbrantes alcobas y salones;
he visto en mi correr cosas extrañas
que ignoran el corán y los sermones.

recorrí como tú valles y selvas;
mi barquilla cruzó todos los mares;
respiré la embriaguez de madreselvas
y el resinoso olor de los pinares.

brisa, cual tú, besé labios de grana
y recogí suspìros misteriosos;
a menudo el albor de la mañana
sorprendió mis coloquios amorosos.

¡horas de juventud llenas de encantos!
¡bella ilusión de los primeros años!
siempre volvéis para endulzar mi canto,
para entibiar los fríos desengaños.

sois el pasado hermoso de la vida,
el lirio azul de la floral cosecha;
sois ese bien que el alma nunca olvida
entre el negror de su prisión estrecha.

hoy que vuelvo, despues de acerbas luchas,
al tibio hogar que me meció de niño,
vengo a pedirte ¡oh brisa que me escuchas!
con tu fragancia un poco de cariño.

un beso de recuerdos, saturado
por las horas divinas de mi infancia,
ilusiones y amor de mi pasado,
y que tejidas van en tu fragancia.

somos hermanos brisa vagabunda...
ofréndame los besos que recojas...
ven, entra en mi alma que el pesar inunda,
y ahuyenta con tus alas mis congojas.

derrama en ella, en vez de mi desvelo,
toda la luz de mi soñar de niño,
todo el candor de mi primer anhelo,
toda la fé de mi primer cariño.


adolfo vilatte lavigne (pub. por a.o.m.)