Recuperar tu corazón.

¡Oh Lirio de la castidad! vives en armonía;
te llegan piropos desde el reino de los mares.
Ante ti, se rindieron sin condición mil zares,
no me di cuenta, y lloré mientras tu corazón perdía.

Es triste cantar sin voz, lenta agonía...
no tener olfato para oler los azahares,
querer continuar sin escuchar a nadie por quien pares,
amar a alguien que siempre está en mi poesía.

Me siento como un insecto en letargo:
quiero salir de mi crisálida,
dejar atrás todo lo amargo.

Querer encontrar en ti una sonrisa cálida,
terminar el camino que se hace largo,
y sonrojar las flores que en tu faz permanecen pálidas...

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