reemplazable

Pensé que te amaría hasta la muerte
y dos o tres pasos más adelante,
y me rendí a un breve rapto.

Ahora que cierro los ojos
Escucho mi tranquila conciencia
y el himno de derrota que cantan las rocas.

Dame el coraje
Te daré la verdad
y al final todos seremos intercambiables.

 

Algo tan real que a veces llegamos a creer imposible, es una de las cosas de la vida y de los estados sentimentales, emocionales y hormonales que si nos ponemos a analizar seguro comprendemos, al menos un poco.
Unos versos que son de mi agrado, gracias por permitirme leerlos.

Un cordial saludo.

 

Eso suele suceder, que finalmente, somos reemplazables.
De quita y pon. Postizos. Hijos putativos, o adoptivos.
Sobre todo, si somos emigrantes.

 

Dame el coraje
Te daré la verdad
y al final todos seremos intercambiables

Cuánta verdad dice este poema tan profundo, intenso y honesto. Me ha llenado mucho leerlo, muchas gracias. Un cálido abrazo.

 

Prueba de que no obramos de mala fe. Saludos cordiales para ti Sanja.

 

El amor no es eterno, ni la belleza, ni la paciencia,
ni la ingenuidad, ni mi taza de café...tampoco lo es este cuerpo
que algún día reclamara la tierra...solo el alma es eterna.

 

Me encanta, en el amor la derrota siempre está al acecho, nada es eterno, que bella manera de decirlo en tus bellos versos amiga Sanja. Abrazote vuela. Paco.

 

Gracias a todos. Les envío saludos cordiales desde Macedonia.

 

Un poema que se remonta en los sube y baja del amor, ese que cambia segundo a segundo, un gusto leerte