Reflejos.

Me llegan los demonios en tropel
y por librarme de ellos es que escribo
por eso es que sin escribir no vivo
y es que por escribir invento a aquel.

Aquel que con palabras me da miel
y construye aquel mundo en que pervivo
con voces resonantes con altivo
decir del corazón que late en él.

Que es corazón tan lleno de armonías
que llena con sus manos mil espejos
que brillan con sus luces y reflejos.

Reflejos de su luz con fantasías,
que despejan lo negro de mi mente
logrando que la paz a mí me aliente.​

 

Bellas palabras en este soneto. La imaginación es la loca de la casa, por eso sólo hay que hacer caso de ella cuando sus consejos nos traigan la paz. Cordiales saludos, Luciana.

 

Me fascina tu romanticismo de la palabra, entonces cada poeta quiere ser miel para tu ambrosía. Un abrazo

 

Precioso soneto, Luciana. Un gusto leerte. Un saludo

 

Ah, gracias por ese coqueto comentario, Me robaré la miel de los tuyos. Gracias José Luis. Un abrazo.

 

¡Precioso soneto, Luciana!

Con cada verso subimos los peldaños de tu fantasía
que nos contagia toda su emoción_
Abrazos_

 

Sí, la loca de la casa, esa soy yo. Gracias por tu gentil comentario, José Benito, me alegra. Un abrazo.

 

FanÁngel, muchas racias por leer y dejar un comentario amable. Un abrazo.

 

Lucio Esteban, la fantasía es un amable recurso que nos ayuda mucho orientándola adecuadamente. Muchas gracias por leer y por tu gentil comentario. Un abrazo.