ReflexiÓn.

REFLEXIÓN.

Delgada
de manos exactas
como dos hebras,
la mujer del mendigo
duerme en la plaza,
le desarma el pecho
un ronquido profundo,
los niños corren
los perros ladran.

La mujer de la plaza,
del puente,
del suelo,
es la mujer del mendigo
un domingo en la mañana.


Pequeña
dos trapos bastan
para cubrir sus piernas.

El escalafon que en la sociadad
a cada uno nos coloca
a ella no la conoce o reconoce,
es menuda,
corta de voz,
de mirada casi en vencimiento,
pero corazón adentro es bondadosa,
la celebran los perros y las palomas.


Sus manos han conocido
la dureza del pan mal repartido,
el calor del hogar entre las piedras,
solo ella sabe su nombre
y sus años no recuerda.

Es valiente,
soñadora
o tal vez no
¿que puede soñar con su realidad amarga,
la mujer del mendigo durmiendo
un domingo en la plaza?...​

 

AsÍ es la vida de algunos, triste y lamentable, buen tema para reflexionar el domingo antes de ir a la iglesia, pero te recomiendo que tengas un poco de cuidado al separar las palabras, has dejado muchas pegadas, hasta pronto un saludo y estrellas para ti.

 

gracias por tu comentario, me he dado cuenta y lo reedite.
saludos de mi mudo corazon del bosque

 

Conmovedor, hermoso, precioso, muy bonito, bellísimo.

 

Buenos días poeta. Un drama que se desarrolla en todos los espacios de nuestros paises. Personas despladas por la violencia, desarraigo de sus hogares por N situaciones. Es obligación del Estado, el amparo para estas familias que recorren nuestras calles, con miedo, con verguenza, con recelo. Hogares temporales donde ellos, reciban un techo digno, alimentos, educación...., pero, debe tenerse un programa de rehabilitación y retorno a sus hogares, o estabilización en sitios propios, donde escuelas, centros de salud los apoyen, para un bienestar familiar más humano y digno, aquí entra nuestra participación, como comunidad, como vecindario en ofertar nuestro apoyo.

Pero, hay veces en que es más fácil recibir la moneda aparentando pobreza y desgracia absoluta, que hacer un esfuerzo para resurgir del barro, sin importar los medios, incluso, utilizando a nuestros propios hijos para motivar lástima y tocar el alma de otros para cosechar el metal, aún, después de que otras personas o entidades, han hecho esfuerzos para apoyarlos en su ingreso formal dentro de la misma sociedad.

Todo cambiaría, si como seres humanos, los que estamos dentro del barro, o los que están sobre el colchón, actuamos con respeto por sí mismos y por los demás.

Gracias por tu poema. Bendiciones.

 

gracias miguel,desde luego asi es la vida de algunos,
en lo que puedo trato de remediar la situacion.
saludos desde mi mudo corazón del bosque.

 

gracias jorge, aprecio de forma especial tus comentarios.
saludos desde mi mudo corazon del bosque.