Reflexiones de taberna

REFLEXIONES DE TABERNA
La primera vez que hable por el corazón
sin tener implícito un aire de negocio,
la primera que fui humano
y expresé mi sentir ignorando la posición,
sin importar que mi rango entre las bestias
fuera a ser blanco para desafíos,
sin considerar el propio estado,
olvidando la subordinación de la dureza,
que me ha dado la experiencia en los años de aversión,
mi entereza;
aquello que al instinto posesivo derrumbo
haciéndolo querer ser poseído,
me llama loco,
ha reducido la nobleza y verdad que creí perdidas a un trastorno,
lo que pensé jamás sentiría a algo inexistente;
creí ya haber sobrevivido al infierno; pero...
No lo intentes...
Y ahora, a todas las que no preguntaron,
a todas las que me han amado bajo un contrato de salvavidas,
mientras mi espíritu vaga vuelto un coyote,
buscando entre el fandango a la mujer que mejor he amado
en esta transitoria situación de existencia;
mientras permanezco contando fábulas,
desahogando un sentimiento en su más bajo y primordial instinto,
a todas aquellas luces pasajeras
que se quedaron a mi lado hasta ver una sonrisa sin pago extra;
¡GRACIAS!
me han mantenido en la lucha,
a pesar de curar frente a los campos de la muerte.​