Reflexiones escuchando a los difuntos- soneto

Reflexiones escuchando a los difuntos
​

Si quise alguna vez, intento vano,
en el alto parnaso hacerme un hueco,
me derrumbo tan pronto como un chueco
poema brota de mi torpe mano,

pues yo sé distinguir paja de grano,
lo saludable de lo que es enteco,
que un cinco estrellas no es Alcalá Meco
ni el Vellocino de Oro es un marrano.

Conocedor de mis limitaciones
me pienso dedicar a otros asuntos
pues va a ser que con esto yo no puedo.​

Todas estas sencillas reflexiones
las tuve al escuchar a los difuntos
con mis ojos, pues me enseñó Quevedo.​

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Aclaración:

La alusión a Quevedo viene a cuento por estos versos suyos:

"Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos."

que son el primer cuarteto de su hermoso soneto "Desde la Torre"

 

Pero si tu razonas y es rubes de maravilla y yo disfruto cada vez que paso a leerte. Este poema es muy belllo. Saludos y Bendiciones.

 

Hermoso poema, no eres generoso contigo.
Saludos cordiales

 

Bueno, no es nada fácil forjar un estilo poético tan personal como el tuyo. Los que te leemos conocemos ya muchos de tus elementos "distintivos". ¿Cómo no vas a poder con "esto? Saludos.

 

No me hagas caso, Pablo; ya sabes que me gusta más impostar que a un niño un caramelo; de hecho tengo tres octavas ya prácticamente terminadas y a punto de editar que son la primera parte de una serie que dedicaré a la aventura mítica de Jasón y los argonautas en busca de vellocino de oro, de ahí que asomara ese elemento en este poema. Esas octavas he intentado imbuirlas, a mi manera claro, del estilo culterano que me ha llegado por medio de las relecturas de Góngora y de otros como Bocángel con cuya fábula de Leandro y Hero continuo, y eso te lo debo a ti.

Gracias por pasar y comentar.

 

¡Pues las espero con muchas ganas!

 

Pues te salio de lujo, bajo los ojos de un prncipiante vivo , claro , un placer leerte Juan, un abrazo.

 

Eres encantadora con tus comentarios y una muy fiel seguidora de lo que edito, Lourdes, cosa que te agradezco muchísimo.

Un abrazo.

 

Es cierto, Luis; esas cumbres que pisaron los grandes son de muy difícil acceso; se siente uno pequeño hablando con esos difuntos, pero siempre se nos puede pegar algo de esa charla aunque nos sintamos enanos al lado de esos gigantes.
Y sí, lo mejor de todo es lo bien que se lo pasa uno con esto.

Un saludo cordial, amigo.