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Relato del pasado (Segunda parte)

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por myriam stella, 29 de Junio de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 218

  1. myriam stella

    myriam stella Poeta fiel al portal

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    La unión de las parejas era algo mágico, a las doncellas se les colocaba en la cabeza una corona de oro sus manos llenas de manillas en forma de animales que los novios hacían para la gran noche como obsequio, ellos no conocían el gran valor de estos objetos, decían que era el alimento de los dioses y que tenían que usarlos primero para después poderlos lanzar a las aguas. El ritual matrimonial se hacía lanzando al hombre en las aguas con una múcura que tenían que llenar para rociarla en la cabeza de la chica para ser limpiada de los malos espíritus y así poder concebir muchos hijos, las parejas tomadas de las manos juraban su amor eterno.

    Después de muchos días se dirigían a las orillas del mar para recibir las nuevas ofrendas que sus dioses enviaban, ellos creían que los dioses les enviaban muchos peces y se regocijaban en gran manera, decían que las ofrendas de ellos habían agradado a la diosa luna y como recompensa les había mandado este regalo.

    En cierta ocasión cuando estaban los hombres recogiendo los peces vieron a lo lejos algo extraño que se acercaba a donde estaban, asustados porque jamás habían visto tal cosa, se reunieron para clamar a sus dioses que nada malo fuera a pasar, cuando esos extraños monstruos marinos se detuvieron los que observaban dijeron casi a una sola voz, ¡Son los monstruos de los sueños! Vinieron a destruirnos, ¡Los dioses se enojaron con nosotros! Algo malo hicimos para que ahora se revelen y nos castiguen.

    Tirados sobre la arena se lamentaban y con las manos altas rogaban para que se alejaran de allí estos gigantes, así les decían, sorprendidos aún más cuando vieron que personajes bajaban de estas cosas y se subían en pequeñas lanchas que ayudadas por hombres con remos llegaban a donde ellos estaban, se admiraban y decían: ¡Los dioses llegaron! No están disgustados, sino que vinieron a visitar a la madre tierra.

    Para ellos estos personajes que eran dioses, nunca habían visto ser humano fuera de ellos, su belleza sus cabellos rubios ojos azules como las aguas del inmenso mar y la blancura de su piel los hacían ver como verdaderos dioses, ya que ellos eran morenos de pelo negro lacio y nariz chata, ver a esa clase de personas los sorprendía, y verlos con esos trajes tan fascinantes con sus cabezas las cubrían un metal y en la cintura extraños objetos los dejaban perplejos.

    Los supuestos dioses se acercaban con cara de asombro, no era usual que alguien se postrara ante ellos y los adorase, esto les sirvió para aprovecharse de la ingenuidad de los humildes aldeanos. Los tales dioses no eran más que hombres malvados que había llegado a este lugar buscando tesoros escondidos y harían lo que fuera para encontrarlos, aún a costa de la vida de aquellos inocentes.

    Pasaba el tiempo y las cosas fueron empeorando, aquellos a quienes ellos creían dioses empezaron a esclavizar a todo el que se oponía a sus leyes hasta el punto de causar su muerte y así se extendió esta triste tragedia por mucho tiempo; cuenta la historia que apareció un valiente héroe que defendería a este pueblo olvidado por sus dioses.
     
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