Relato: Pasión ardiente(L)

:::wub:::
Un viernes lluvioso por la noche Elisabeth miraba la lluvia caer desde su ventana

Añorando los momentos que había pasado junto a su pareja. Ella no podía creer que hubieran terminado después de haber pasado tantas cosas juntos.

Y ahora se encuentra sola en la habitación,

Sentía que la habitación le quedaba grande y en la cama no encontraba su lugar sin él.

Sentía ansias de volver a estar con la persona que quiere y que todo vuelva a ser como antes, sentir que él está a su lado.

Elisabeth dejo de pensar y su imaginación tomo control de sus pensamientos y cerró los ojos. Su imaginación fue imaginando una situación en la cual ella hubiese querido que él estuviera ahí a su lado;

Que regresaba a su casa y que entraba por la puerta diciéndole: No quiero dejarlo solo por una tontería, quiero volver a estar contigo, perdóname si te hice daño al hablarte.

Mientras él la cogía del brazo y mirándola fijamente a los ojos y que a su vez sus ojos se llenaban de lágrimas y sentían ganas de besarse y de olvidar todo.



De repente alguien abre la puerta y Elisabeth asustada abre los ojos y no podía creer lo que estaba viendo… Era…Era él quien había entrado sin más y empapado de la lluvia y desesperado sin más se abalanzo contra ella abrazándola y diciéndole al oído: “no quiero dejarte escapar ni perderte por un momento”.

En ese mismo instante él la beso y ella sentía que ya volvía a ser completa.

Él empezó a besarla con pasión, mientras se deba cuenta que sin ella no podía seguir viviendo, que ella levanta la pasión que ninguna otra chica despierta en él ni lo hace sentir como ella lo hace sentir con sus besos y sus caricias. Sentía que con palabras no podía explicárselo pero si sabía que podía demostrárselo desatando la pasión que lleva por dentro hacia ella.

Ella ya no se dejaba llevar por los pensamientos, sino, por sus sentimientos.

Ella quería que la volviera a devorar.

En cuanto más se besaban más subía el fuego de la pasión, todo era muy tenso, se podía escuchar la lluvia caer e iba incrementado con la tormenta a medida que anochecía y se volvía una tormenta tropical.

Besándose y acariciándose despacio, poco a poco fue bajando por el cuello de Elisabeth, ella solo suspiraba con ojos cerrados y dejándose llevar, sintiéndose amada esa noche por un rio de amor, un amor que solo a ella la llevaba a la locura.



El fue bajando más por debajo de su cuello,

Con su mano derecha acariciaba sus piernas y su cintura. Poco a poco fue desnudándola, dejándose llevar por la tentación, despacio le quito la blusa y acariciaba lentamente sus pechos y poco a poco también los fue quitando… él acariciaba cada parte de su cuerpo y besaba toda su piel mientras bajaba y… de pronto paro y volvió a subir y mirándola a los ojos le dijo: “Hoy quiero que seamos solo uno, que lo demás no importe, quiero sentirte y volverme a perder en ti”. Ella le contesto: “Dime que esto es real, que esto no es un sueño, hazme saber que estarás siempre conmigo y que volveremos amarnos siempre.”- Mi vida yo no sé del futuro,

Pero de algo estoy seguro de que esto es real y que si por mi fuera estaré siempre a tu lado y nunca te dejare,

Te demostrare con hechos que esto es real y veras que no es un sueño, quiero que sientas todo lo que llevo por dentro por ti-…



Termino sus palabras y mirándola a los ojos la volvió a besar lentamente

Para fundir en su boca el placer que ella le transmitía con sus besos y con sus manos acariciándole la cara y bajando por sus curvas perdiéndose en ellas.

Ella tumbada en la cama fue bajando mas para abajo y quitándole el pantalón que llevaba puesto, fue comiéndose a besos sus piernas y poco a poco le quito la parte de abajo… poco a poco le acariciaba mientras la besaba, luego ella tomo el control.

Le quito todo lo que llevaba puesto y besaba cada parte de su cuerpo…

Los dos no podían resistir tanta tentación que sentían sus cuerpos al sentir que se rozaban, temblaban del placer.

Y la tormenta no paraba.

Ambos se miraron, sus miradas hablaban, no era necesario intercambiar palabras…

Él sabía que ella quería sentirlo dentro de ella al igual que él a ella.

Poco a poco la penetración fue intensa y despacio, en su rostro se podía notar el placer y el gozo de su amor, sus miradas entre ellos era fija… El sentirse tan compenetrado el uno del otro era algo que no se podía explicar con palabras, solo sentían ese inmenso placer que explotaba por dentro…

Estuvieron horas y horas haciendo el amor.

Hasta el amanecer, ellos no podían creerlo era tanto el amor que se tenían que la pasión nunca se apagaba…