Religión.

La gloria de la noche.



Ahí estas siempre,

de noche y de día.

como un sueño inerte,

que nunca culmina.


Voy paso tras paso,

siguiendo tu sombra.

sin dejar ningún trazo,

sintiendo lo que tocas.


Llámalo como quieras,

pura obsesión, sacrificio,

deseo romper la frontera,

y hacerte lo que nadie hizo.


Acaso ignoras lo que has hecho,

y en lo que te has convertido.

el sol de mi firmamento,

la luna de mis suspiros.


Mi paciencia toco límite,

y esperar más ya no debo,

antes de que otro sol brille,

tu mi religión y mi credo.


Solo así estaré conforme,

y serás únicamente mía,

en la gloria de esta noche,

y aún más allá de esta vida.



Tiempo.



El tiempo como un rio,

tengo todo el tiempo,

obtendré lo que es mío,

por causa efecto y destino.


El tiempo más sutil,

nos urge al encuentro.

tanto hay por sentir,

tan cerca el momento.


Este tiempo simple,

es solo un preludio.

carece de ese viral tinte,

cuando dos se vuelven uno.


El tiempo que cuenta,

no nos llega todavía.

romper las cadenas,

y parar manecillas.


El tiempo que importa,

es el que lleva tu nombre,

nuestras almas se tocan,

y se detienen los relojes.


Tiempo y viento,

todo a mi favor.

se consumara el hecho,

con una dulce persuasión.



Persuasión excesiva.



Yo quería ser bueno,

y tú no lo permitiste.

ves lo que has hecho,

ves lo que te hiciste.


No pretendía lastimarte,

pero fue imposible,

consumarme el amante,

siendo para ti invisible.


Ahora te hare entender,

el dolor mañana se habrá ido.

trascenderemos la piel,

conforme se apagan tus latidos.


Hasta no sentir,

mas tu corazón,

serás mi maniquí,

con nula expresión.


Una muñeca sin pulso,

para cumplir mis afanes,

y nunca existirá el luto,

pronto estaremos iguales.


El dolor y el placer,

van como el blanco y negro.

harán de la hiel miel,

símbolo del amor eterno.



Sangre.



Sangre derramada,

como ultima ofrenda,

nos brindara debidas alas,

para cruzar esa final senda.


La sangre purificara,

como un dulce néctar,

dejaremos este mundo vulgar,

ignorando las vanas carencias.


Esa sangre nos atañe,

desde el primer rose,

en el fondo lo sabes,

dulce metamorfosis.


Cuando tu casta sangre,

sea una con la mía.

cuando esta noche acabe,

igual será vertida.


Se unirá nuestra sangre,

en este pacto suicida,

dejando la piel infame,

que solo nos confina.


Ahí estas siempre presente,

fría y callada tan cerca del sol.

amarte es como padecerte,

mi estrella lejana, mi única religión.