Representaciones oníricas de una realidad física

A lo largo del crecer en mi cabeza entraron los clichés de ser, desde la salida con amigos, música a escuchar y el auto a tener. Por más que a pasos agigantados se convierta en una tortura me encanta mi estilo de vida y con esta escritura calmo y continuo. Nada mejor que guardarme todo adentro y explotar en un berrinche de locura me siento infante de nuevo, el renacer a partir de la amargura, YO AMO MI SOLTURA. Mi vida sin diversión, sin risa y sin desfiles sería seria de bostezos pensantes, eso se lo dejo a los amantes del arte. Yo no tengo tiempo para eso, tengo prioridades como la moda y mi peso. La histeria de hoy quiero arrancarla de mí, la solución: 21 años y poder hacerme tantas operaciones para convertirme en una persona sin imperfecciones. Ayer mire una publicidad de ropa interior, por 15 minutos la contemple, que bella esa mujer, dentro de mi corrió una sensación de imposibilidad, de jamás ser como yo quiero, y muchos pensamientos empecé a tener, como nunca antes, permanecí inmóvil quieta sin mover ni un parpado, cuesta mucho definir lo que por mi cabeza recorría en ese momento, vinieron pensamientos que jamás me había puesto a pensar, el origen de mi imagen mental de estilo de belleza lo pude ver y una extraña amiga me conto que en otra época, las mujeres más codiciadas eran las más obesas, será que el primitivo pasado estaba loco o nos enloquecieron a nosotros para tapar útiles verdades que vaya a saber uno que útiles ventajas a la humanidad podían llegar a brindar. Por mi parte jamás podría imaginar eso en esta época o futuras, con solo dos dedos en la garganta, impedimos esa locura, la pasarela es mi soltura, pobre gente triste que no disfruta de la aventura.


Carta de una modelo que se autosatisface