Requiem

Cuanta más muerte pregonan mis designios,
Ilustre parece el perdón y la dicha,
Océanos de sangre carmesí atestiguan mis palabras,
Abruptas y sin recato alguno,

Son las mentiras mi frágil sustancia,
¡Dejadme de abrumar con preguntas escasas de razón y sin melancolía!
¡Deja a un lado las presentaciones vanas!

El sitio fue tomado por fuerza; sin control
Pasada ironía y cruel venganza,
Dada por la inocencia pura,
Sin atreverse a mirar, jamás a huir,

¡Arcángeles y Querubines!
Sed testigos de mis falaces alcances,
Definid mi protestad que no busca mas condenas,

Un grito a la nada, un desafío al destino,
Echando la fortuna con dados ágiles y danzarines,
Un camino carente de señales,
En tramos recortados con tortuosas divisiones,

Y en verdad os digo,
El camino de la perdición y el olvido regado de viñedos y flores bellas esta decorado,
Mas el siniestro y sinuoso camino de la verdad,
La majestad gloria e inmortalidad absoluta,
Plagado de abruptas pendientes y punzantes espinas gobiernan,
Torturan al caminante,

Ávidas de beber hasta la última gota de sangre de tu ser,
Desgarrando la carne hasta dejar huesos y nervios,
Minar tu espíritu, mostrarte quien eres en realidad,

¡Razona con claridad tu deseo!
¡No me hagas perder el tiempo!
¡Tomad las llaves de mi recinto!
¡Albergaré lo poco que quede de ti!

¡Venganza que me llena de burla!
¡Tu dolor de risa tu esperanza de pavor y miedo!
¡Me abruma y aterra!

Llanas promesas de mi boca traicionera se escaparán,
Tardarás en comprender mis motivos hilarantes y odiosos,
Pero tarde será para quien este condenado,
Yo juez imparcial e implacable,

Me humillo ante lo sincero de tu arrojo,
Pero,
¿Aún un animal va feliz al matadero si con cariño os tratáis?
¡Pregonad mi descaro! ¡Alaba mi sentido torcido e iracundo!

Si enigmas y paradojas te son revelados,
En mi hallaras consuelo con verdades,
Crudas y funestas tal vez,
Terribles e insensibles,

Mientras otro se esconda,
Con actos misteriosos incomprensiblemente cobardes
Con traiciones y egoísmo,
Y gané tu favor con miedo y promesas que nunca llegaran,

Yo te hablaré de frente y sin misterios,
A cambio solo pido tu alma,
Alimentará mi codicia y mi venganza,

Finalmente de nada te sirve ya,
Pues tu te has liberado y te has olvidado de tu parte en el universo,
La desidia y el descontento son tus acciones
Traiciones y mentiras son tu legado,

Mi soberbia y descontento me han causado dolor,
¡Qué injusto es el destino!

No reino este lugar por capricho si no por decreto,
Más valdría morir que estar aquí,
Mas es mi ironía que ahora es mi vida,

No es impropio ni descortés,
Ni cobarde, ni lamento,
Es solo mi triste desventura,

Guardarse bien de los celos, de la avaricia,
De la malsana sed de poder inmerecido,
¡Prestad oídos a mis lamentos!
Dejadme seducir con labia y miel tú alma,
Más no tu espíritu,
Que quede a distancia y a juicio,
Mí sometida verdad injusta…

Lord Vélfragor