Retorno a Borinquen

Un ángel, sigiloso incursionó en mis sueños,
su mano pálida incorpórea señaló el camino,
al final, un muro surreal y un portal abierto
que al pasarlo, entre a la tierra de ensueños

Era un lugar de bellos verdes y altas cimas,
agua de sus entrañas brotaban virginales
que al caer, la floresta impregnaba con rocío
y abajo charcas creaban fuentes cristalinas

De la cima se divisaba un manto azul zafiro,
de un expansivo mar bajo un sol candente,
amantes olas besando las arenas de la costa,
la brisa perfumando el litoral con su suspiro

Desperté del sueño de verdes y altas cimas,
del mar azul, candente sol y brisa perfumada
y aunque por largo tiempo me ausenté de ella,
era Borinquén que dejé pero que no olvidaba

RR

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