Retratando poema de las hojas.

Retratando poema de las hojas.

Las sombras densas oscurecen el alma de mis hojas,
Cada palabra suena y resuena quemando mis oídos.
¿Te quejas del abandono?
No conoces el abandono mejor que yo,
Olvidan mi nombre cada vez que escribo,
Y lo vuelven a recordar cuando comienza el otoño.

Llámame poeta si así lo quieres,
Mas no quiero tu compasión.
Tu nombre no lo olvidan cada día,
No lo manosean como propio,
No lo llaman entre risas.
Tu nombre, innombrable, es pequeño.

¿Te quejas del abandono?
Yo me quejo de tu afán por llamar la atención.
Mis hojas están sangrando,
Y tu callas,
Y yo río.

No sé por qué te quejas,
Si yo conozco la desolación mejor que tú,
La vivo cada día,
Por toda mi vida,
Y tú apenas la percibes.

Las noches son eternas y las hojas lloran,
Mas los días se hacen cortos,
Y mis hojas siguen desconsoladas.
¿Te quejas del abandono?
Yo ya no me quejo,
Me acostumbré a él.

Sentado mirando las estrellas;
Estrellas abundantes en el cielo infinito,
Me recuerdan a las hojas en otoño,
Hojas por doquier en un espacio ínfimo.

No obstante la situación incomoda,
Y las horas se terminan en segundos,
Y los minutos en horas.
Ya nada vale la pena,
Mejor pasar la noche en vela.
Mi muerte se acerca,
Y tú, aún ¿osas quejarte del abandono?
¡Abandono, maldita sea!
Tú no lo conoces,
No lo has tenido frente a ti,
Susurrándote al oído,
Mirándote fijo,
Y riendo macabramente.

Aún eres ignorante,
Y mis hojas lloran por ti,
Me das tanta lástima como la noche,
Infinita y eterna,
Que termina apenas comienza.
Tanta lástima como las horas,
Que apenas duran segundos.
Tanta lástima como yo,
Que si conozco el abandono.

La vida se está acabando,
Al igual que mis hojas.
¡Hojas! ¿Dónde están?
¿Estarán perdidas?
¿Estarán durmiendo?
¿Dónde están hojas queridas?
No duermo desde su ausencia,
Y no despierto desde que se perdieron.

¿Dónde están hojas?
¿Estarán conscientes?
Escribí en ellas miles de veces y aún así no las identifico;
Me odio por ello.

¿Te quejas del abandono?
Mis hojas me abandonaron,
Me dejaron,
Nada me recuerda a ellas,
Y ellas ya no están.

Mis hojas caían del cielo ¿las has visto?
Caían en otoño,
Alguien las empujaba, estoy seguro.
Caían en otoño,
Cuando la noche era fría.

¡No las encuentro en ninguna parte!
¡Ni rastro ni vestigio ni señal de que estuvieran aquí!
¿Dónde están hojas queridas,
Mías,
Solo mías?

Solo, abandonado,
Sin nada ya que hacer,
No tengo más remedio,
Que retratarlas.
Retratarlas es un placer,
Sin embargo estoy cansado,
Y necesito dormir.
Las retrataré mañana,
Cuando el otoño empiece a caer.

Adiós hojas,
Las recuerdo y las recordaré.

 

Un poema muy vivaz y agradable, pese a su melancolía.
Ha sido un placer.
Se le saluda.

 

Excelente este poema un bravo a tu talento, y mi sincero aplauso, sigue adelante poeta. Besos.