Retrato diminuto

Estoy con las lágrimas por el suelo,
malgastando las puntas de mi pies caídos.
Todo en mí se va cayendo,
Como arruga en tercera edad.

Siento que he vivido cien años,
En los que no tuve espíritu,
Donde no hubo corazón,
Donde me sentí tan diminuta.

Soy un cuento al que le quitaron las páginas,
El mal no terminaba nunca,
Hubo inicio y desarrollo,
Pero a este cuento le habían quitado el final.

Y he llegado a estos cien años,
Cien años cargados por un cuerpo joven,
Lleno de vida por fuera, pero muriendo por dentro.

Y he llegado a estos cien años,
Cargando una terrible derrota que nunca dejó de estar.
Y he llegado a estos cien años,
En un cuerpo que sólo ha vivido veinte.

Este cuerpo profanado por la mano de una bestia,
Se quiere ir, se quiere marchar.
Porque un año son cien cuando se vive de trastorno.
Porque un año son cien cuando se vive siendo infeliz.

Así que me escondo,
Entre la pena y el odio.
Corto mis lágrimas con el último suspiro de mi dolor.
Deseando despertar lejos de aquella bestia que me sacó el corazón.

Y en los últimos minutos,
Seguía sintiéndome tan diminuta,
Tan hostil entre mis aliados.
Tan amiga del mal de mi corazón.

Pero ya fue tarde.
Fue tarde para no escribir el adiós.
Ahora, que ya me fui, quizás donde.

Sólo seré el retrato de una lucha que nunca di.
Sólo seré el retrato de una voz que no pudo hablar,
Que no pudo decirle a la bestia que la dejase de malgastar.
Que no pudo decirle a su corazón, que merecía la pena luchar.

Soy un retrato, que entre pena y odio, se dejó
Un retrato que sólo pudo ser: diminuto.

 

Este cuerpo profanado por la mano de una bestia,
Se quiere ir, se quiere marchar.
Porque un año son cien cuando se vive de trastorno.
Porque un año son cien cuando se vive siendo infeliz.

Soy un retrato, que entre pena y odio, se dejó
Un retrato que sólo pudo ser: diminuto.


Tu poema es un triste canta de dolor, y por ello me resultó grata la lectura.
Saludos y buen día.