Retrato V

Si abres tantas ventanas
y aún sigo encerrado,
no es tu culpa,
debe existir algún viento que las cierra,
que vuelve las persianas y las cortinas contra mi voluntad.
Si ves que tengo mucho miedo a dormir
y te me haces un sueño recurrente,
no es tu culpa que despierte agitado,
no guardo la esperanza de apreciar tus dones
al cerrar los ojos yo siempre abro el alma.

Acepto con ardor no tener la capacidad de brotar,
todo se me acumula en el esófago
y no puedo vomitar lo que siento, lo que miento.
Es tu culpa que a veces camine en puntas de pie,
que no quiera hacer ruidos ni tener alguna oportunidad,
reconozco mi necedad y mi necesidad.

Creo que sería un espejo distinto
de haber tenido sombra o una espada en la entrepierna...

 

al cerrar los ojos yo siempre abro el alma.

Utilizas magistralmente la palabra con ella transmites y haces que la lectura sea realmente muy agradable, gracias tantos nombres. Saludos.