Reverberando en las vítreas órbitas.

La imagen se chamusco en segundos,
impero la oscuridad absoluta por momentos,
perdido,
desplomé el semblante inexpresivo,
mis manos renegridas colgaron de mis brazos
y observando el cielo
me precipité abatido.


...


Ahora lo sé,
los eones me detendrán en ese abismo eterno de la desilusión,
soñaré los sueños de alguna vieja esperanza que nunca podré alcanzar.
hendidas mis cuencas en una ciénaga de lágrimas,
ya no querrán ver los ojos reventados,
intoxicados por la putrefacción.


Mi cuerpo hundido en las negras aguas del cansancio,
se estremecerá en silencio
mientras el sollozo cristalino se hace pedazos en la profundidad.


Y atravesada por sangrientas dagas,
la garganta atormentada callará aquel nombre,
regurgitando en la oscura noche
la cacofonía del espeso coagulo,
estertor de muerte y de dolor.


....


Convulsión,
libación escatologica a la estrella de la condenación.


Sopor, asfixia.


...


Y extinguiendo aquella infamia
vi como rojos los astros se fueron apagando,
mientras una espesa lágrima herrumbrosa serpenteaba lentamente
en la pendiente exigua de la perdición. ​