Rima lxiii

Déjame contemplar tu rostro
Aunque sea por un breve instante
Que parezca eterno,
Y abrazarte tan fuerte
Para hacer que el tiempo
A nuestra merced se detenga;

Déjame acariciar suavemente tu piel
Para ver si así soy capaz
De desahogar todos mis anhelos,
Y cubrir cada espacio de tu cuerpo
Con la pasión incontrolable de mi alma
Hasta que la luz refleje el amor que siento;

Déjame robarte un instante de tu vida
Que yo lo guardare como mi mayor tesoro,
Fúndete en la explosión incontrolable de mi cuerpo,
Y callada solo sintiendo
El latir exagerado de mi corazón
Regálame un beso de tu boca.