Roja

Es mañana. Fría y noche.

Veo esos macizos llenos de gente y me doy cuenta de que se falla. Acaso siempre se ha fallado (y tú siempre lo supiste), pero me acabo de dar cuenta. Quiero decir, me acaban de golpear la nariz con una realidad y me sangra...

Cuánto corazón falta, pienso, faltan más corazones que cerebros en este tiempo. Quizás las ideas sobran y falta humanidad, es decir, las ideas se acercan al progreso y el progreso al desarrollo... pero últimamente esto no va con la felicidad, o sea, va con partículas felicidades, no con la tuya ni menos con la mía.

Es extraño... Este rojo de mi sangre tampoco sabe a nada. Será que nunca ha sabido algo y recién abro los ojos (o papilas gustativas, como quieras llamarle).

¿Por qué será que lo pienso ahora?
Será quizás que vuelves... Que regresas en cada rostro que pide un poco más, que pide algo de respeto... Será que tú eres el dilema, la utopía.

Roja como mi sangre, blanca como mi mente, linda como tú sola...

Se comienza por amar, ahora iremos por todo, paso a paso, silenciosos.
Pero no me mires incrédula, mejorará todo, no serás en vano, te lo prometo, sino

¿para qué todo esto?