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ROMANCE DEL AMOR PERDIDO (Recitable)

Tema en 'Poemas de Amor' comenzado por F. CABALLERO SÁNCHEZ, 10 de Febrero de 2014. Respuestas: 1 | Visitas: 2536

  1. F. CABALLERO SÁNCHEZ

    F. CABALLERO SÁNCHEZ Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    11 de Enero de 2014
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    Romance del amor perdido
    Dedicado a los padres que, en vez de
    vigilar, se interponen y dirigen las
    relaciones amorosas de sus hijas.


    Ayer me hablaron de ti
    creyendo que los recuerdos
    no me dejaban vivir.
    Y no saben que los sueños
    poco a poco se evaporan
    con el transcurso del tiempo.
    Si grande fue nuestro amor
    mayor ha sido el silencio
    tras romper las ligaduras
    que ataban los sentimientos.
    Y ¿tiene alguien la culpa…?
    ¿quizás la culpa es del tiempo
    que pasa siempre alocado
    como ráfagas de viento?
    Sé que tu madre quería
    poner un muro por medio
    entre tu casa y la mía
    y entre mi amor y tus celos.
    ¡Malhaya quien se interpone
    en los amores primeros,
    esperando que sus hijas
    (¡ay, malditos pensamientos!)
    puedan casarse algún día
    con algún rico heredero
    aunque para ello nublen
    el más puro de los sueños!
    Debieran tener castigos
    ¡y acabar en los infiernos!
    o0o
    Pronto te buscaste el novio
    ajustado a sus deseos
    Y soñando con los lujos
    ¡los cambiaste por mis besos!,
    Y la gloria perseguida
    (¡ay, gloria, gloria de necios!)
    es esa senda de vida
    que se recorre en silencio
    obedeciendo a los padres
    que adoran solo al dinero.
    Porque la gloria se alcanza
    (y tú debieras saberlo
    porque tuviste ocasión)
    con un modesto «te quiero»
    manando de un corazón
    ardientemente sincero
    Yo sufrí tu despedida
    con el corazón deshecho
    y te dije: ¡Ve con Dios!
    ¡sé feliz! ¡Y buen provecho!
    Los caminos de la vida
    a veces, los retorcemos
    para arrastrar nuestros pasos;
    en otras, los recorremos
    (tal como hicimos nosotros
    cuando dejamos de vernos)
    tú, por la acera de enfrente,
    yo… ¡por la calle de en medio!
    porque a veces, lo sensato
    sería buscar consuelo.
    Sin embargo, es bien sabido
    que las heridas del cuerpo
    por muy bien que cicatricen
    nos dejan siempre el recuerdo,
    y las del alma también
    permanecen en el tiempo,
    aunque todos simulamos
    que el dolor no es siempre eterno.
    Y los días van pasando
    y después pasan sucesos,
    y tras los sucesos, años
    y así… nos hacemos viejos
    con ese lastre en el alma
    y el olvido, más o menos.
    Y en pura y noble rutina
    todo se va consumiendo
    con la cruel monotonía
    de este pan para este queso
    que nos mata poco a poco
    que es como vamos muriendo.
    Quizás un día te vea,
    en brazos, con un pequeño
    y tú me verás con otro…
    llevándolos al colegio.
    Y puede que tú lo pienses
    igual como yo lo pienso:
    que pudieran haber sido
    tuyos, míos, ¡hijos nuestros!
    Y es probable que otro día
    tenga contigo un encuentro
    y tras mirarte educado
    puede que piense en silencio:
    - ¡Qué guapa sigues mujer!
    y me mostraré discreto..
    Y puede que tú razones:
    - ¡Parece que está más viejo!
    Y la rueda de los días,
    dará vueltas, sin consuelo.
    Y como seguimos ambos,
    en este mundo, viviendo
    es muy probable que pase
    lo que viene sucediendo
    sin que nadie lo pretenda:
    que en la calle nos crucemos.
    Tú, cogida de la mano
    de algún chiquillo travieso
    y yo, corriendo en la acera,
    jugando con un pequeño
    con mis pasitos muy cortos
    como queriendo cogerlo
    y tú dirás: -No, no es él
    y, yo, quizás sin resuello,
    es muy probable que piense
    o me intrigue: -¿Será un nieto?
    Y continuará la vida
    languideciendo en los cuerpos.
    Y después de algunos años,
    como todo se hace viejo,
    con un bastón en la mano
    los dos despacio andaremos.
    Tú es probable que ya
    ni te mires al espejo,
    con lo coqueta que eras
    atusando tus cabellos;
    yo habré dejado, también,
    de escribir mis pobres versos.
    Y si, por casualidad,
    tropezamos y nos vemos,
    extrañada, mirarás
    dudando si me estás viendo
    y te dirás.: -¿Era él?
    y yo, quizás, menos cuerdo,
    distraído y sin querer
    o, agotado en el esfuerzo,
    continuaré hacia delante
    ya sin tenerme derecho.
    Y es natural que algún día
    existirá ese momento
    en el que se hable de todo
    y se hablará de recuerdos,
    y quizás sean los hijos
    o puede que sean los nietos
    los que se encuentren bailando
    o en una «barra» bebiendo
    y se cuenten las historias
    (fantásticas, por supuesto),
    de los amores que un día
    tuvieron sus dos abuelos
    sin saber, probablemente,
    que nunca felices fueron...
    pues consumieron sus vidas
    por diferentes senderos…
    Pero eso ¿a quién le importa
    si puede que estemos muertos?







     
    #1
    Última modificación: 19 de Abril de 2014
    A Alonso Vicent y (miembro eliminado) les gusta esto.
  2. Alonso Vicent

    Alonso Vicent Poeta veterano en el portal

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    Hombre
    [FONT=&quot]Precioso romance, compañero, y con más razón que un santo sus argumentos y esta historia que con tanto arte se cuenta.
    [FONT=&quot]Fascinado me he quedado,
    [FONT=&quot]supongo que no estoy muerto
    [FONT=&quot]cuando aún puedo gozar
    [FONT=&quot]de tan fantásticos versos.
    [FONT=&quot]Un saludo Caballero.
     
    #2

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