Romped una lanza

Un sorbo de Aganipe —Carabaña—

al vasto Ponto clama Dios y ayuda,

demanda juicio y ley confusa duda

picota aliada, aunque presta, daña.



Materna prisa a la angustia engaña,

—¿huirán promesas..., eminencia muda!—;

un futuro incierto el lazo anuda

abrazo y éxodo, temor ensaña.



Ya dobla la cerviz el torvo Ocaso

y el trueno estruendo del Naciente avanza,

el miedo, preso, mide bien su reto.



¡Democracias plenas, romped la lanza...!

¡Mi adarga, Panza!, ¿o al molino veto?

Virtud, Quijano, y a la Paz, un paso.

 

A cruzar los dedos porque las democracias paren la insensatez de la guerra que nunca privilegia la vida, solo importa la fiesta del botín. Saludos poeta, un gusto pasar por su creación.

 

Agradecido, Daniel. La mejor democracia es el respeto entre las sociedades en las que vivimos. El botín suele ser tan goloso, que no hay sistema político que no haya manchado sus siglas por algún desgraciado episodio a lo largo de su historia.

Con afecto.

Frankos