Rosa,rosae.

La punta del puntapié,
la del dedo gordo,
la que beso y relamo.

La que me deleito y reclamo,
con gozo y alborozo.

Huelllas dactilares,
en la palma de tú mano.

Y no te encuentras,
bajo la sombra de un páramo,
y yo me alegro,
aunque no te encuentre,
como tú eres,
una joya del tiempo.

 

interesante poema, aunque lo veo mas de amor que gótico, saludos

 

Voy a meterme con la diva Marián... oppps ¡ya lo he hecho! y corrijo una cosita...
Huelllas dactilares,
en la palma de tu mano.

Presiento aquí la distancia de un ser querido, al menos, lo fue. Pero permanece el recuerdo que se hace grato con el paso del tiempo. Su poso deviene decantado en el alma y en el soma, como un dulce que se solaza con el pensamiento, que deja su reborde y fino trazo en el cuello de la faringe, cada vez que la saliva se traga ruda al exasperar y agitar en su devaneo las nostalgias de los momentos. Circulan y se prenden en el esófago, llegan bajando a ser nexo con nuestro alimento y de ahí, con su enjundia transformada hasta nuestra sangre y su bullicio continuo, permanecemos vivos, con el pesar crudo y enroscado en cada celula, abrazándola, el recuerdo que no muere ni mata ni se da por destruido.

Un abrazo a ti y a tus versos desde el desierto páramo.

 

Pues, ya lo han dicho todo, sólo resta decir, que la rosa rosae, está excelente... Y gracias por compartirlo...

 

Un poema nostálgico, ya que la persona amada es esa pero por diferentes razones no llega. Bellisimo poema Birbiloke, felicitaciones y saludos poeta