Rutina campestre

Rutina campestre


La hoja que venció la fuerza de gravedad al madurar con las estaciones,

la hoja mecida por el oxígeno en una parranda vallenata,

la hoja sopló el centro de la tierra con suavidad.


El conejo que hace origami con una de las páginas del sauce,

el conejo que disfraza de selva su paladar,

el conejo que lleva el ritmo del estiércol, que cae, mientras muerde.


La hormiga que descompone una hoja, en un rompecabezas de mil fichas,

la hormiga que hace pesas y reta a los hombres anabolizados del gimnasio,

la hormiga que marcha desafiando la instiga de los grillos.


La hoja que asesino, que privo de su sabia con mis manos,

para distinguir las finas notas de sus resinas;

alimenta a unos conejos, de los que olvido su sabor cuando los toco.

Hormigueo por el torso de su pelaje y doy un golpe seco en el cuello,

como un pandillero en una pelea callejera,

como un “grillo”,

en cualquier programa televisivo de adolescentes disciplinados por los golpes.


El conejo siente el relámpago de una procesión de hormigas asesinas.

antes de despellejarlo,

recuerdo lo que era quitarse un disfraz luego del Halloween completo.

Guardo las vísceras entre el disfraz y lo arrojo a la nada,

y los animales humillados a la luz del hombre hacen su trabajo.

Al final se preparan los escarabajos

para hacer grandes bolas de reversa y enterrarlas bajo la tierra…

en una pelea incesante con las moscas verdes.

 

Imágenes muchas imágenes ...
Buen trabajo. Un gusto pasar.

 

Si, ya empalaga, jaja, gracias por tu comentario