Rutinas.

Tengo las ganas vetadas de rumbo
y los pies cansados de costumbres;
tengo un cigarro que nunca se apaga
y la misma tarde desde hace muchos
ocasos, tengo lo mismo de siempre
y siempre es distinto.

Tengo un café que sabe a algo
diferente a lo que es, tengo la
idea de agotar mis neuronas
y me sobran razones para
entender que los días cambian
de nombre más no de apellido.

 

El cierre lo dice todo: La rutina que se viste de otros días pero con la misma pinta. Un gusto haberle leído Pana Poncho.

 

Belleza divina en el trato del verso y la excelente calidad de la poesía.