Sal... y pimienta

(Llaman a la puerta.)
-¡Hola vecina!(con bata medio entreabierta)
-¡Tienes un poco...(tu si que tienes un......p..)
- ...de sal... (y pimienta...también).
(Sus pechos cantaros de miel ,se asomaban por aquel visillo
provocando a mi calzoncillo)
-¿Sal fina o sal gorda?
(Gorda se movía ya,por detrás de mi bragueta,
mi santa metralleta)
-¡Gorda me gusta mas...!
(Busqué con desespero la sal en el salero y sudando
con desazón ,note en mi pantalón el bulto de mi mortero
a punto de la explosión)
-¡Es para el conejo...
(Por la raja de su bata abierta se podía adivinar las barbas del roedor
que yo quería salpimentar)
-.....que ya lo tengo en la lumbre!
(Caliente debían de estar las brasas de aquel brasero
que en mi desespero sin par se la metí toda.....,-la sal-,al tropezar,
yendo toda ella a parar a su escote solanero)
(Se fue malhumorada,cabreada y sazonada y su conejo a medio asar
que no pude degustar ,para curar mi desengaño corriendo
me fui al baño,me duche con agua en tromba y allí toque la zambomba).
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©ALFONSO NIETO CARRETERO

 

Dichoso tu que puedes tocarla. Yo no la encuentro.

 

jajajajaja vaya cosa, saludos