Sala de espera

Sala de espera

Mauro miró por la ventana del quinto piso, por milésima vez, las luces rojas de los autos que se alejaban por la autopista. Ya no tenía cigarrillos, un indesable eructo ácido le recordó su último café. Se llevó la palma al plexo solar.

- Tomate un Alka Seltzer, lo interrumpió la gorda de gorro, que seguia frenetica tejiendo una batita celeste.

- Sí, si. Contesto.

- ¿Es el primero? Le insistió la mujer mientras buscaba en su cartera.

- No ya me dio una puntada más temprano.

- No, hombre, pregunto si es su primer hijo.

- Ah, si claro, si.

- Se le nota en la cara. Yo estoy esperando el nieto 16, el cuarto de la menor.

- Que parentela. (terció un veterano, de barba crecida y falto de dientes). Yo espero que sea el último, el septimo, ya teniamo´ la fábrica cerrada, pero vio como son la´ cosa´.

- ¡Martinez!, llama la obstétrica.

- ¡Martinez!. (Repite la repetitiva abuela con su voz de gallina). ¿Ud. es Martinez?

- No, yo soy Moninelli, Mauro Molinelli.

- ¡Martinez!, volvió a llamar.

- No, no hay ningún Martinez, los dos que están en el barcito, no tienen ese apellido. Le contesto atento Mauro. Me parece que la chica vino sola.

Con la clausura de la puerta, Mauro volvió a hacer sonar los nudillos. 8 horas de preparto, y todavía sin noticias.

- Pacencia, pibe, ya va´ venir el tuyo, siempre vienen. Te bancaste nueve mese´, que le hace una mancha ma´al tigre. Lo reconforta el viejo, a quien las eses y las yes se le escapaban por las comisuras.

La gorda hace muecas. Llenando de frases hechas el largo pasillo.

- Siempre vienen con un pan debajo del brazo. Lo importante es que sea sanito. Son el sustento de la pareja. ¡No es así!, gritaba, tratando de sacar de la página de deportes, al cuarto en discordia, de campera negra, corte de cabello característico, marca de gorra.

Finalmente la mira.

- Por mi se pueden morir las dos, le voy a dar el apellido y que se olviden de mí, le dije que se cuidara que no quería bardo, después que se lo sacara. Y ahí esta la boluda, creyendo que así me va a tener agarrado de las bolas. Ahora va a saber lo que es el hambre. Que vaya a vender alfajores como lo hacía yo a los 7 años. No quieren entender que no se puede traer hijos a este pais de mierda. Bueno que se arreglen.

- ¿Como salió Boca?. Preguntó el viejo, en un intento furioso de cambiar el tono de la conversación. Nadie le contesto.

Pero la gorda no dió brazo a torcer, se acomodo el pelo dentro del gorro, se limpió un piojo que le cayó en la pollera.

- Todos hacen lo mismo, pa ponerla hasta la manija sirven, pero cuando hay que poner los huevos donde corresponde se les arruga el culo.

Dejó su fino discurso cuando vió que Mauro ciño el entrecejo y se llenó de colores.

- Vos pareces de otra clase. Se te nota en la mirada y en el pullover.

Mauro se mira los brazos y el pecho.

- Quiero decir nene, que se nota que se llevan bien, vos estás nervioso y tenés la ropa limpia, pero un poquito arrugada, o sea que tenés un ama de casa y no una esclava.

- ¡Monzón!. Vuelve a gritar la obstétrica.

- ¡Sí, yo!. Contesta el viejo.

- Nena, 3kilos doscientos.

- ¿Otra chancleta?

- Sí ¿Que no lo sabía?

- Que lo vua saber, si el primer dotor que la ve es el que la ayudó a parir. Bueno no me mire así, que la vua a querer igual, que lo otro sei. ¿Chancleta dijo? Ya se me habían terminado lo nombre de Chancleta. Ma sí grita (mientras saca una petaca del bolsillo), viva la chancleta que va se, la que me lleve hogar de viejos, porque así es como debe ser (se bebe sin moderación todo el whisky) Que quede Claro que a Pedro Monzón, a lo 60 año, todavía le funciona el pingo. He dicho.

- ¿Será suyo?, lo quiere incomodar la gorda.

- Eso e´facil de ver, si es chueca es hija de Monzón si e´ rubia, pagó la cuenta de la carnicería. Sí lo duda podemo arreglarlo.

- No gracias, para mi basta, ya tengo el garage lleno de bicicletas.

Mauro se sonrió, aunque le quedó la duda.

- ¡Salaberry!

- ¡Que Salaberry! (grita la gorda) Esta pendeja boluda, todavía cree en los reyes magos, no hay ningún Salaberry. Salaberry será el que la embarazó. Reyes como su madre, su abuela y la abuela de su abuela. A ver que me trajo esta vez.

- Varón.

- Bueno al menos a este no le voy a tener que andar recordando, al pedo, que primero se llena la heladera antes que bajarse la bombacha, espero no tener que ir a visitarlo a Olmos, como al tío.

El viejo y la gorda se van con sus paquetes al tercer piso, donde saben sigue la ceremonia.

Mauro vuelve a contar los micros de larga distancia, leer su manual de génesis epistemológica y el suplemento cultural de La Nación. Le ardían los párpados. Quisiera poder, como su indiferente acompañante dormir en el duro banco de madera, pero evidentemente, no estaba hecho para eso.

Ya amanecía cuando entró otro parroquiano, de mirada calma y vestimenta pulcra, se fijó si tenía planchada la raya del pantalón. Se alegró que tampoco.

El nuevo pasillero, educado y cortés lo saluda, a la vez que golpea la puerta vaivén, sale otra enfermera.

- Sí quedesé tranquilo, tenemos mucho trabajo, ayer cambió la luna ¿Vió? La señora esta bien y con buena dilatación.

Lo mira a Mauro:

- Se descompuso de golpe, de pronto empezó a tener cada 5. Creí que lo tendría en el auto, y tuvimos miedo de no poder llegar hasta la clínica, así que bajé de la autopista. ¡Lástima! Teniamos todo pago. Pero con esto no se puede jugar. Ya me pasó con la mayor, que nació acordonada, pero eran otros tiempos... a no lo que pasa que la mayor ya está casada... si esta casada... se nos fue a vivir a Europa... hace un año que no nos llama, ni nos escribe... y este vino... no en realidad lo buscamos... un poco infantil lo nuestro pero... va a ser varón según la ecografía...

Con los ojos chiquitos y la marca de las camisas en la cara, vuelven los olvidados.

- ¿Llamaron a De Filipis?

- ¡No!. Contesta con seguridad Mauro.

- Buenos mal, hace dos dias que nos tienen con la vela encendida estos dormilones, a ver si justo que nos dormimos nosotros se les da por despertar.

- ¿Como los dormilones? Pregunta ingenuo.

- Sí son mellizos, como abundan en la familia de la madre, y seguro que van a ser parejita, como este nabo.

- Nabo sos vos. Vos ya conocias la tendencia familiar pero igual de casaste. Si, este como no se podía casar conmigo, se caso con mi hermana melliza...

El dialogo bufonezco es cortado por la cara de fastidio del cana, quien se incorpora, se arregla la campera y se apresta a irse.

- Me voy porque los putos me dan asco...

- ¡Jimenez!

- Si. Jimenez ya se va, digale a la madre que se haga cargo.

Se hizo un largo silencio. Los cuñados sacaron el mate y los bizcochitos. Mientras el sol entraba fuerte por los ventanales.

Se escucha un ruido grave y ververante que momento a momento se hace mas claro. Un enfermero golpea con su espalda la vaivén arrastrando un tubo de oxígeno. Por el alto se escucha: Dr. Markov, se solicita su presencia en area 5 P.

Detrás de las puertas, débil pero claro Dale oxigeno rápido Martita, vení, vení Mendía ayudame con esto, abrile las piernas, le hizo contractura y lo esta estrangulando, no se como macho dale apurate. No miorelajante no, no tenemos tiempo...)

La puerta se abre lentamente. El joven y calvo médico, se termina de quitar el barbijo, toma aire, carraspea:

- ¡Molinelli!

 

Gracias, Marianne.

 

Hola, me parece muy interesante la prosa publicada, ya que tiene una gran cantidad de matices digna de leer sentado en las sillas sala de espera baratas porque basicamente no importa donde se esté siempre y cuando la lectura sea atrayente e interesante para de esta manera estar entretenido en todo momento.

 

Salasilla, Gracias

 

Por el carraspeo nervioso del médico...

 

Mauro se sostuvo toda la noche colgándose de una historia a otra, dilatando y contrayendo su enfado. Y cuando ya parecía que el inminente anuncio de su apellido terminaría con ese calvario, descubre que recién comienza. Saludos cordiales, Cris.

 

Señor critico, muy buena interpretación. Me refiero a aquellos que o bien han hecho un curso de teoría y análisis, así se llama en mi facu, o por simple y continua lectura.

 

Simple, pero no tan continua como desearía. Otro saludo.