Salvando al tercer ojo

El tercer ojo de la humanidad está tuerto,
la humanidad odia
porque se siente sola
de que nadie venga a rescatarle de ese peso muerto.

Mi tercer ojo llora, se abre
y quiere absorberlo todo
pero no voy a dejarle,
quiere ser una leyenda de oro
pero no soy quien para declararme.

Son los demás quienes tienen las claves,
es demasiada energía,
no sabia que la aguantaría.

Se siente como un ejercito de demonios,
devorándome, poco a poco, torturándome...

¡Pero yo también tengo las claves!
No soltaré a esos demonios,
los curaré; con paciencia, amor y humildad
para que todos sepamos apreciar,
a compartir y regalar.
Transmitamos esa chispa para inspirar
como una estrella que quiere llegar a los demás.

Yo no te puedo salvar
¡Pero me puedo salvar!
¡Y así inspirarte y motivarte para ayudarte a que te salves!