Sana tristeza

Desperté sumido en la tristeza, como un ruiseñor que ha perdido su canto.

No podía dejar de pensar en ella, tantos abrazos bajo luz de luna.

Desperté sumido en la tristeza, no hay nuevas notas en el canto de las aves.

Cuando paseaba cerca de casa, las flores marchitas emergían viendo el sol.

Las nubes, a lo lejos, se evaporan cuando se pronuncia su nombre.

Sé que no la tengo y siento que sigue a mi lado, como olvidar aquellos dulces labios.

Como no enamorarme de sus suaves y rojizos pómulos.

Sé que está lejos de mí, mi voz no la alcanza, ni ella se deja oír.

Ya no oigo sus susurros en la brisa del mar, ni siento sus abrazos cuando oigo cantar.

Envidio a las estrellas, porque ella en la noche, observa el cielo infinito, bajo el cual, tantas veces la besé.

Como no enamorarme de sus lindos ojos vivos.

Para acercarla mis manos la buscan y en amaneceres como éste la he tenido.

Desperté sumido en la tristeza y soy feliz porque sé que ella será feliz aunque sea lejos de mí.