Satira a los ignorantes

Cada día proliferan más mortales
incrédulos y ignorantes
engendrados por tripas analfabetas
que mancillan con su torpeza
la luz que brilla en nuestro ecosistema
una vez coronados por el rey denominado incultura



Nauesabundos figuran como la escoria social
malas hierbas monotonas
florecen como cárpatos inmensos
en el campo de la dichosa miseria
crecen y se reproducen sin cesar


Seres carentes de rígida identidad
todos condenados al acecho
al deambular
a merced de una inauténtica vida
buscan su identidad en vestidos
que definan su torpe apariencia



¡ Maldita ignorancia !....tu fuistes mi odio
degradaste mi cultivo de sabiduría
con tu fervor por el desconocimiento
lograste encadenarme a la caotica soledad







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La terrible ignorancia, esa que no desaparece porque primero hay que tomar los libros de la vida y aprender de ellos, pero es más fácil cerrar los ojos y seguir adelante.