Sátira

La pluma será mi compañera,
Llenado estas hojas con la tinta oscura como mi alma,
Y plasmando mis ideas locas y pesadas,
Con insana coherencia aquí están mis desvaríos,
Sumido en el alcohol y también en barbitúricos...

Que sea esta una mas de mis obras,
Con peripecia y burla,
Con despotismo y amargura,
De saber que será leída por tantos sabios,
Y en algún momento uno que otro idiota...

Esto es para los sabios,
Compenetrar en mi obra y llegar a mi alma,
Esto para los idiotas,
Cansaros de criticar lo que en esta vida...
Jamás comprenderán....

Ideas y recuerdos,
Memorias y sucesos,
Esta es mi vida, mi más grande obra,
Venida a menos... venida a más,

Sin desvariar entre tabernas,
Y enredándome entre callejones...
Ocultando bien mis temores,
Pero no mis sinsabores...

Pierdo el hilo de la idea,
Pierdo la razón por la locura,
Más no mi corazón en ironía,
Que vierta siempre la sangre de mis venas,
En cada poema dejado...

Mis lágrimas atormentadas,
Y mis risas histéricas...
Marcadas en caminos de misterio,
O regocijadas en el lodo del fracaso,
O suspendidas en miel de la gloria...

Eso no es importante... no para mí,
Buscando vida eterna pero no por vanidad,
Ni siquiera por la terquedad de estar aquí...
Solamente dejar mi arte... en manos de todos,
Solamente vivir en la mente de unos cuantos...
Aquellos que comprendan la oscuridad de mi alma...

Ebrio de soledad, de tristeza...
Feliz de gritarlo a los cuatro vientos,
Material constante para poemas muertos...
Que en algún momento esta debe terminar,
Cuando la luz llegue tal vez no quede nada de mí,

Recordando el camino recorrido,
Y las burlas que tanto me han divertido,
Aunque tragedias por las cuales he llorado,
Y también los momentos perdidos,
Que al final han engrandecido las hojas que ahora termino,

Que no sean un epitafio nostálgico y frío,
Si no la entrada al corazón de un demonio,
Que tal vez pocos reconozcan y teman,
Que tal vez la mayoría detesten y demeriten,

Pero ¿Que importa aquello?
¿Que diablos podrán saber de mí?
¡Nada si leen con ojos de la mente!
Lean con el corazón ¡Maldita sea!

Y júzguenme si así lo preferís,
¡Pero no sean ignorantes de vuestro propio sentir!
Con estas líneas me despido...
Ahogado en esta botella,
Con la pluma desgastada por los años,
Por viajar no entre naciones si no entre almas...

Rogándome a mi mismo parar,
Dejando estos pergaminos ocultos,
Para ser encontrados mucho después,
Convertirme en leyenda muerto y no vivo,
Que hermosa estupidez...
Me recordarán cuando ya no esté aquí…

Y lean mis obras una vez más...
Pero al fin con la atención debida....
¡Ah dulce ironía!

Lord Vélfragor

 

Ese mismo pensamiento lo tenemos todos amigo, sin duda. Bien plasmado. Me ha gustado. Cinco estrellas.

Saludos.

 

He leído otros poemas de usted pero, no me atreví nunca a comentar. Me parece que estos versos surgen del corazón como la lava del volcán, repentinamente y con fuerza. Me asombra la potencia de sus versos. Me gustó mucho el cierre.

 

Eres sin duda un gran poeta amigo, con una fuerza y una intensidad profunda que conmueve los cimientos del alma.
Un abrazo.
Alaric.