Se me está quedando pequeño

Al fin,
después de todas las cosas,
como sol que vuelve aire los fantasmas,
como verdad que olvida los pecados de las manos.


No sabes cuanto te he buscado.


Te dije:
"Te quiero"
y la felicidad provocó seísmos en tu cuerpo,
tus ojos me apuntaron y vi que lloraban agua bendita.


Mamá me decía
que Dios
pondría para mi un ángel en algún lado,
que si tenía fe la encontraría,
mis manos al tocarla me lo dirían,
sus cabellos serían hilos del amanecer
y su piel queso blanco.


Tú dijiste:
"No me haga daño, por favor"
y ante mis ojos te transformaste en una ramera de ceniza.


Tuve que cortarte el cuello.
Me habías hecho perder demasiado tiempo.


La sangre brotó como un vómito de vino
y te fuiste entre graznidos
chupando el suelo.


La sombra de mamá me dijo:
"Mañana atraparás la suerte"


Espero que tenga razón.
El sótano se me está quedando pequeño.​

 

¡Qué bello poema amoroso y fantástico! Tienes una gran imaginación y una versátil creatividad. Te invito a pasar este finde por el politécnico. Luis.