Sea Tu Sagrada Voluntad

El destino juega con nuestras vidas como si fueran trapos
viejos y nuevos. Y Dios lo permite.
La muerte es una esencia vacia,
no se siente, tan sólo se percibe.
Huele a oxigeno, sabe como a agua,
pero duele, duele tanto en el mismísimo hogar del alma.
No es mala, pero sí su misma autoridad es involuntaria y firme.
Se puede ver, sí, mas sin embargo no se distingue. El mismo
día soleado se encuentra impregnado de él.

¡Dichoso el día en que respiras!
Disfruta cada suspiro como si fuera el último.
Permite que los rayos del sol te hagan el amor en cada amanecer.
Y consede día con día el sueño de tu mañana.
Ama cada vez con más pasión,
haz la más hermosa intimidad hasta que ya no puedas más.
Y, sete fiel, no por idioteces... si no por amor a ti mismo.