Sed de silencio en luna ausente

El silencio sonaba como eco imparable,
anunciando la llegada de tu amor incierto.
Sentimiento incubierto por vientos indomables,
que hace a un hombre vivo, uno muerto.

La sed sacia mi sangre de tus recuerdos malditos,
dejando una eterna huella en mi frágil cuerpo.
El tiempo supera los momentos perdidos,
de una novela convertida en cuento.

Corrí por los arboles del desierto,
con esperanzas de ver en ti, un chin de gesto.
Busqué en el agua tu reflejo
y sólo encontré un gran río caudaloso y quieto.

¿Cómo volver a ahogarme en tu cuello,
si en mi sedentarismo, gloria el silencio?
La luna nueva demuestra su humilde destello,
mientras mis fuerzas se hunden en su asencio.

-John Marqueza

 

interesante poema, lleno de misterio o más allá de lo que quiere expresar, bienvenido

 

Divinidad en la calidad excelente del arte.