Seguidillas de Pasión (con bordón)

¡Qué ya se acerca, madre,

que ya lo veo!,

viene lleno de pena

con un madero;

lo va arrastrando

y la falta de fuerzas

lo van matando.


¿No hay nadie qué lo ayude,

dímelo madre?,

todo el mundo le grita

mas, nadie lo hace.

¿Nadie lo quiere?

¿Dónde están esos hombres

y esas mujeres!


Y ante el lloro del niño

el Cirineo

le ayuda con su fuerza

con el madero

y una valiente,

Verónica la llaman,

limpia su frente.


Se enorgullece el niño

y les sonríe

por tan amable gesto

y al reo pide

que los perdone,

pues no saben lo que hacen

aunque alboroten.
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