Segunda marca

Comtemplame Magdalena mía,
yo que nací con mas de mil de deuda,
paso por tus anchas calles como un rayo fugaz
para no setir aquella melancolía,
pues ya sin ti
estaba como usurpando otra vida,
pero de esquina a esquina
se me hacía mas ancha esta avenida...

Aún recuerdo aquellos colores que se presentaban
cada noche,
cada noche silenciosa y tan oscura,
recuerdos muy lejanos de aquellos días,
sin salir de mi ciudad cinco metros arriba,
pues si yo salía,
llanto era lo que escuchaba y mas
si por ahi una luz prendía...

El extender de mi mano en tus tierras,
era como el dulce apaciguamiento de las aguas,
me sentía muchas veces con tanto poder
para que aquella paz reinara
pues en mi inocencia,
yo creía que las balas nunca se acababan...

Tan solo nos faltó más amor,
para decir que ante ti
lo material no valía nada,
para decir ante tí
que si me tocaba sufrir
un recuerdo aquello tuyo
calmaría toda esa llama.

Ay!
ahora estoy tan lejos de ti,
crecí y crecí
y siempre me andaba olvidando de ti...
tu rostro ya no me era tan familiar,
tus esquinas ya no eran como las pintaban,
y todo por el bendito dinero...
ahora tan lejana a aquellos días de verano te veo,
que una lágrima se desprende de mi cerebro,
y una neurona muere por culpa de mi vista
que apunta hacia lo lejos,
que será de nosotros?
que será?
si ya no te tengo
y sé que no te voy a encontrar
por todo este desierto...

 

Oh, la cuarta estrofa, la encuentro sublime, maravillosa. Hermosas letras, hondamente sentidas. ¡Saludos!

 

guillermo, grato visitarte y felicitarte por tus letras de gala.

Saludos,
desde Panamá.

 

Bello sentimiento el que dejas plasmado en el lienzo de tu corazón. Un gusto visitarte poeta.
Un abrazo y muchas bendiciones!!

 

bendiciones para todos también!!!