Señales.

Y es este oficio de ser mujer
distorsionado en la androginia inquietante
como el llanto de copiosas madreselvas
Voz ronca y desmesurada… y este bendito
esfuerzo de parir quièn sabe què pàjaros
o què sierpes desenroscándose en el vientre.

El viaje es en el cuerpo, las señales
son tan claras… se que hay mas de una mujer
gestàndose aùn en mis ovarios
Como no entender si ser mujer
es discernir el verbo, es descubrir el misterio
o al menos, intentarlo, abriendo, desgarrando
Y esas vidas negadas invadiéndome.

Soy una de ellas, la que tuvo el coraje de nacer,
por eso estoy muriendo.

 

Interesante poema
Escribes muy bien
Felicidades

 

Bellas e intensas metáforas, Mariate. Me dejan reflexionando sobre mi propia existencia. Encantada de conocerte en las letras. Recibe un afectuoso saludo desde la ciudad de México.

 

Mave, intuitiva y de una gran persepciòn, aún flotan por ahì esos viejos fantasmas que nuestra condiciòn de mujer nos marcó a través de la historia, recorrimos un largo camino, y vamos por más. Me dió mucho placer tu comentario. Gracias!

 

María, eres de México, tierra de grandes poetas, qué gusto me da conocerte! Visitaré tu blog, te dejo otro abrazo, afectuoso y cálido, Gracias!

 

Fantástica publicación de soberbias letras supremas.