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Sentina

Tema en 'Presentación de usuarios' comenzado por RonaldPoe, 26 de Octubre de 2009. Respuestas: 0 | Visitas: 1027

  1. RonaldPoe

    RonaldPoe Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    26 de Octubre de 2009
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    I
    Por los bosques, libre caminas,
    Bella criatura nocturna,
    que al amparo de la compasiva luina,
    a este manso lago
    de hermosura lo iluminas

    Tu figura bien contorneada,
    detalla cuànta inocencia hay conservada,
    ¡ cuànta incorruptibilidad !
    ¡ cuànta exuberante beldad !

    Del dìa huìste dulce doncella,
    refugiàndote en la noche como estrella,
    la maldad era tan contagiosa y arrogante,
    que tu corazòn, la pureza quiso conservarte

    Sobre tus desnudez me recuesto,
    …la bondad y la ternura en ella encuentro
    y mi espìritu, carcomido por la decepciòn
    en tu olor y calidez
    se embriaga de liberación

    Junto a ti,
    deseo permanecer siempre asì,
    inmortalizar la noche,
    mientras las caricias y las pasiones
    se desatan sin derroche

    Todo el tiempo, en damas venusianas
    mi sed, saciarla yo buscaba,
    con los ojos apagados
    de mi penosa realidad
    absurdamente yo escapaba,
    …en el sabor de tus labios
    encuentro la verdadera realidad
    y en tu amor
    el relato de cuàn grande
    es tu divinidad.

    II
    Mi cuerpo, un muñeco desbaratado,
    entumecido me levanto
    con el corazòn pisoteado,
    ante el espejo mi rostro observo ensangrentado
    y la mirada vislumbrando
    el anhelo desterrado

    Una calurosa mañana
    sin dejar palabras te marchaste,
    junto al cielo ardiente
    tu partida armonizaste,
    mientras en inmensas gotas
    que amargamente yo bebì,
    sobre el frìo mármol
    mi desgracia la vertì

    Esta copa, el ùltimo testigo
    de la delicia de tus labios,
    de ella bebo y me embriago
    como si aùn existieran
    después de varios años
    y en esta torturadora añoranza
    deliro y deliro creyendo sentir tu cariño,
    pero al final,
    sòlo es como el juguete
    de un solitario niño

    Entre fuertes suspiros
    el moho del pasado aspiro
    y los mejores momentos
    parecen escrituras de un viejo papiro,
    donde las sonrisas sin temor quedaron
    pues de mis lejanas memorias se borraron

    Recuerdo las cartas
    con palabras que se liberaban
    de mi alma en pasiòn inundada,
    la prodigiosidad de nuestros besos
    buscando la fusiòn tan anhelada,
    la frondosidad de nuestros torrenciales sentimientos
    creciendo en desmedida,
    todo de ti lo conservo en esta sentina
    donde consumo mi vida
    …en polvo reducida

    III
    ¿ Quièn soy ?, ¿ què soy ?,
    a oìdos de la razòn no soy nada,
    sòlo una pieza no encajada
    en el rompecabezas de una fantasìa equivocada,
    un imprescindible viento
    que sopla fuertemente
    las cortinas en la madrugada
    y que despierta a las infernales criaturas
    de su existencia apagada

    Soy un feroz lobo
    que en la solitaria obscuridad
    inquieta con su aullido
    la vana tranquilidad
    de los retrògrados dementes
    que vilmente su mal esparcen,
    pues saben que ante mi presencia
    sus ilusas caricaturas se deshacen

    Soy un fantasma que aterroriza
    a las decadentes virtudes de la vanidad,
    la glorìa de los àngeles caìdos
    que destruyeron los muros de la mezquindad,
    el vino màs preciado por la humildad
    màs entregada al èxtasis de la pasiòn,
    el origen de la insaciabilidad bestial
    de una voluptuosa y eterna canciòn

    Soy la prematura muerte
    de los condenados a los abismos de la soledad,
    el lirio que al dejar marchitarse
    conduce a la interminable infelicidad,
    la sinfonìa ardiente
    que impele a destruir
    los glaciares de la indiferencia
    y de la desnuda inocencia
    y la suavidad de las caricias
    la indudable consecuencia.

    IV
    En la obscuridad siento tocarte
    y el desesperado latido de tu corazòn
    armonizarse escucho junto al mìo,
    mis labios en tu cuerpo hundièndose
    y el sudor que lo recorre
    a mi piel aferràndose.

    ¡ Cuàntos deseos de vivir
    en este escenario encuentro !,
    mi mano sobre la tuya,
    contemplando las estrellas
    y anhelando ser una de ellas
    que distanciadas de toda la mediocridad,
    que corrompe
    y acaba con la inocencia,
    reflejan la esperanza,
    alejada, pero posible al final.
    el telòn se cierra,
    el despertar,
    como un triste comediante me hace ver
    frente a este cegador y cruel amanecer.

    Hablando solo estoy en esta soledad,
    y frente a este retrato tuyo
    mis penas dejo brotar,
    y mi alma, que como un frasco vacìo es,
    se desgarra de desesperaciòn
    ante tu eterna partida.

    En mis memorias,
    tu divina humanidad aùn conservo
    y el inocente temblor en tus labios
    al momento de decir “ te quiero“,
    que inagotablemente a mis alas fortalecen

    mientras impetuosamente a las alturas me elevo
    para encontrar ese sueño,
    que tiempo atràs
    tù y yo compartimos
    y que en mi alma
    celosamente guardo,
    protegiendolo de las pesadillas
    que deja el destino
    y la insufrible indiferencia.

    V
    Encerrado estoy en un mundo
    de colores extravagantes
    que mis ojos se niegan a verlo,
    todo es tan falso
    y terriblemente superficial para conocerlo,
    este triste paisaje està iluminado
    por una fuerte claridad,
    por què viven todos tan algres en èl ?
    …y bajo su intensidad

    Impetuosamente un vulgar artista
    usò bruscamente un pincel
    con las fermentadas pinturas
    de su vanidad labrada sin cincel,
    al mundo quiso mostrar
    lo grande de su obra,
    lo majestuoso de su elegante mediocridad
    …siendo lo que màs le sobra

    Todos, atònitos y fascinados quedaron,
    aplaudieron, se dispusieron a imitarlo
    y sus alas no las salvaron,
    ahora, todos…son artistas como èl,
    dirigidos bajo su frìa batuta,
    caìdos por su devastador capricho
    …mortal cicuta

    Todos, contemplando mis cuadros
    con rostros aterrados,
    se asustaron porque no estaban coloreados,
    el inextinguible odio
    y la abrumadora intolerancia
    en sus ojos se deslumbraban,
    …huì, me ocultè de todos
    y de sus cruentas campanadas
    que en mis oìdos retumbaban

    Una agonìa lanzada con fuerza
    de un enfermo ansioso por curarse,
    esparcida entre los desperdicios
    donde lucha por no evaporarse,
    una rata buscando alimentarse de los desperdicios
    de una amena cena
    compartida entre dos,
    un moribundo deseoso de vivir
    que en sus ùltimas horas
    se niega a perder su voz

    Mis pensamientos arden
    en una pira de ensoñaciones,
    escucho los empañados gritos
    provenientes de un valle turbio en lamentaciones,
    enterrado por los deslaves de la reflexiòn
    …veo el rìo naciendo de los fluidos
    del amor eterno,
    sollozando incesante y sin resignaciòn

    Mis venas se secan lentamente
    como plantas sin regar,
    mi cuerpo se resquebraja como muro
    después de tanto martillar,
    el descarado sabor a rancio del ilotismo
    de mis entrañas
    en biliosos charcos es arrojado
    y mis manos atadas a la nada se entumecen
    al intentar romper la caja
    en la cual he sido sepultado


    VI
    Ellos, en su còmoda conformidad estàn
    cual el perezoso, alegre
    al acostarse en un suave divàn,
    ante cualquier acontecimiento
    sus sonrisas dejan estallar,
    el tiempo imperdonable transcurre
    sin que ellos lo puedan notar

    Muchas bellas mujeres, llenas de esperanzas,
    colmadas de vanidad,
    sin percatarse del destino
    …castigador como cualquier terrible deidad,
    muchos amores, como rosas florecen,
    resplandecientes ante todo se sienten,
    mas el envejecedor tajo del eterno caminante
    les muestra que nada es como ellos lo entienden

    La prodigiosa corona
    algunos la han buscado desesperados,
    su inscripción irònica de “alguien”
    ha sido muy apetecida
    por los orgullosos de zapatos desgastados,
    su cansancio de tanto caminar en vano
    exhala anhelos de grandeza,
    sus manos sobre la orinada tierra
    las dispusieron a excavar con entereza,
    …al final sòlo gusanos
    que devoran con indiferencia,
    convirtiendo sus abrumadores sueños
    en adornos pòstumos
    para sus torpezas disfrazadas de inteligencia

    Diosa de la nada,
    simples criaturas de cristal somos ante ti,
    es lo que descubro mientras repaso
    sobre lo que hice o lo que no hice aquì,
    los segundos, los minutos
    sòlo son pequeños pasos
    que nos acercan a tu abismal desembocadura,
    restando al final sòlo las osamentas del recuerdo
    que abren una vasta
    y desoladora abertura.

    VII
    Llevados fuimos por el viento
    de nuestros ensueños màs lozanos,
    libre y osadamente fuimos amàndonos,
    surcando los pantanos màs profanos,
    nuestras vidas encadenadas a la dulzura
    de la mutua dependencia,
    alimentada por la separaciòn
    nacida de la acechadora indolencia

    Pero este amor
    que al infinito cielo enlazamos,
    fue murièndose junto a los secos frutos
    de cuyo jugo antaño disfrutamos,
    sòlo el vacìo de un desèrtico presente prevalece,
    amputado de las piernas
    de un incierto pasado que aùn no perece

    El humo… exhalado durante el intenso frìo,
    …abandonamos todo en lo que creìamos,
    como simple desperdicio, desechamos
    el afecto excesivo,
    al cual gloria conferíamos,
    asì, hastiados de tantos sentimientos consumidos
    ella escogiò su camino y yo el mìo

    Un màgico paraíso
    nuestra uniòn nos pareciò,
    buscàbamos vida en un mundo muerto
    donde èsta nunca existiò,
    prolongàbamos en nuestros corazones
    los instantes de felicidad,
    procurando asì
    …donde el tiempo resquebraja los sueños
    alcanzar la eternidad

    Cubiertos estàbamos por el velo
    de esta natural ceguera de la humanidad,
    …un horizonte de esperanzas contornearse
    creìamos contemplar en la posteridad,
    escuchàbamos las melodías en cajas
    sin mùsica en su contenido,
    …todo este tiempo, simples reptadores
    de ilusiones hemos sido

    VIII
    En un cerrar de ojos,
    mi existencia en la obscuridad
    se libera de despojos,
    la vida se presenta ante mì,
    la enigmàtica esmeralda… desnuda en ti

    De este sueño me niego a regresar,
    una locura balbuceante
    de mis labios se derrama sin parar,
    como pequeñas gotas
    que de las nubes caen,
    mi adoración por ella renace
    mientras la humanidad decae

    Sentado permanezco silencioso junto a Ella
    bajo el árbol deshojado,
    …entre sus ramas la esperanza se destella,
    inquieto, tiemblo en mi insomne obsesión,
    rendido ante su proverbial belleza,
    poseerla es mi desesperación

    Quizà un perfecto tonto parezco,
    aferràndome a algo insòlito
    que no sè por què lo apetezco,
    de nada estoy seguro,
    …por su sangre me sano
    de los efectos del cianuro

    En la distancia
    mi alma no deja de extrañarla,
    creo ver sus làgrimas
    que de su rostro se niega a desterrarlas,
    claman por mi presencia
    sus fluidos agonizantes,
    sustraerlas me piden
    y conservarlas como finos diamantes

    El dolor se desliza estrepitoso
    por las cuerdas de un violìn,
    la razòn es el instrumento
    de un adagio sin fin,
    la ponzoñosa malicia habitua en mi soledad,
    cuando el amor persiste sin edad,
    los deseos infestados por la incertidumbre
    se convierten en maldad

    IX
    Las flautas callaron
    y con ellas las algazaras,
    no recuerdo las dàdivas
    que la mùsica me prodigaba entre las parras
    de un jardìn
    que negaba espacio a las malezas…
    desesperanzas que han quebrado
    mis caras complacencias

    Inmóvil permanecìa
    frente a una gran ventana,
    un viento soplaba
    las cortinas durante las mañanas,
    sus telas cubrìan mi rostro,
    mientras sonreìa entusiasmado,
    contemplando a lo lejos
    un paraje por el sol extasiado

    Hacia allà nunca me atrevì a lanzarme,
    a probar la miel oculta
    en los senos de aquella ninfa de la tarde…
    su imagen hoy viene a mi mente
    como pèrdida errante,
    una oportunidad ahogada
    que permanece como respiro jadeante

    Recorro el sitio donde la conocì,
    en ella muero, añorando el olor
    de su pasional sudor,
    el calor de sus desnudas caderas
    que abracè con estupor,
    su corazòn abierto
    sobre mis manos algún dìa lo vì

    Su sangre libremente me ofreciò,
    beber de ella, humildemente me pidiò
    rechazarla constituyò
    mi condena a beber el nèctar de la escasez

    Me acuesto sobre el lobrego lecho
    de mis lamentaciones,
    deambulo entre sombras
    que no paran de gritar maldiciones,
    mis manos extiendo
    y creo sentir su figura…
    no hay pasado, no hay origen
    sòlo el arrepentimiento que tritura

    X
    Escucho su voz en este panteón taciturno,
    …es mi amada en su soledad,
    susurros que escapan del disimulo,
    en aquella cripta la abandonò la vanidad

    No recuerda los bàlsamos de la belleza,
    no reconoce…
    el despreocupado canto de las aves,
    su abatimiento
    lo saborea con agudeza,
    vestida la veo en blancas sedas suaves

    Sus tenebrosas ojeras
    esculpidas por el engaño,
    sus descoloridos ojos
    expresan sensual inquietud,
    alguna vez azulados
    por la inocencia de antaño,
    sus largos cabellos negros
    flotando en indomable juventud

    Sobre la cima de una alta montaña
    mi amada espera desnuda,
    nada màs importa cuando las heridas sanan
    y el tiempo fallece en su carrera absurda…
    hoy vuelvo a sentirla sobre mi piel,
    hoy me abandono en su helado cuerpo,
    en su desesperanza que a la realidad es fiel,
    en sus labios, palidecidos
    por el destino muerto

    Varios siglos enterrados bajo la cruz,
    ruidos evanescentes
    mis gritos parecìan,
    pero de esta obscuridad naciò la luz,
    dormida en la carne que nunca perecìa

    Macabra es nuestra redenciòn,
    extirpada de los huesos del absolutismo,
    llama ardiente que habita en la pudriciòn,
    amantes por siempre
    en nuestro existencialismo

    XI
    Navego desconsolado por mis cuerdas fantasìas,
    la riqueza viene a mì en falsas monedas,
    dispersas por todo el ancho salòn de mis desidias,
    metales, cuyos retratos remeda

    Las imágenes de la mujer a la que amè,
    muerden mi cerebro con escabrosos colmillos,
    al recordar su hermosura por la cual nadè,
    piezas de estaño,
    opacadas por un extraño brillo,
    sellado por una risueña plenitud,
    desentierra un beso
    que apuñala mi mejilla,
    Un golpe desbordado en saliva
    en cariñada con la virtud,
    un mensaje de perdòn que se riega en semillas
    sobre el infértil suelo de mis necedades,
    iracundas hermanas del capricho,
    una amistad rebrota verdeada en suntuosidades
    con flores excitadas por el placer
    guardado en nichos

    La soledad se escabulle
    de entre las sàbanas,
    la mujer que siempre amè ha regresado
    y en acariciar todo su cuerpo
    mis labios se afanan,
    mas todo es sòlo la imaginación
    de un desdichado.

    XII
    Enteramente… como un blando cigarrillo,
    de tu esencia me bastè para saciarme,
    sin embargo…
    de ti no puedo olvidarme,
    maldecirte miles de veces fue muy sencillo

    Mi sangre se derramò por mis ojos,
    cuando los sentimientos, el deseo y el placer
    se fueron liquidando
    en hùmedos y solitarios reposos
    durante el ùltimo amanecer

    Mi mente, hipnotizada por el despecho,
    atemorizada junto a los lentos sonidos del reloj,
    …en el silencio escondì todo lo deshecho,
    mi voluntad es un siniestro smog,
    mis pupilas se contraen
    cuando no hay luz,
    …desesperado,
    en esta adormecida penumbra me levanto,
    un irònico alivio siento
    al exhalar tu luz azul,
    mi respiración,
    esclavizada a tu pudor sensible al tacto,
    tu desnudez,
    teñida en unos abandonados trapos,
    …gotas secas, cuyo hedor me empalagan de frescura,
    mezcladas con las del licor rojo
    que brotan de tus abrazadores labios,
    que guardan un mundo
    indescriptible de hermosura

    Dèbil yaces a la entrada
    de un palacio abandonado,
    me acercas tu cuello para prodigarte mi dolor,
    mientras tus làgrimas
    coronan tu rostro endiosado
    y mi insaciabilidad te recibe
    en mi infierno acogedor

    XIII
    Tu delicado aroma se adueñò del viento
    tu inocente sonrisa, que se aparta del desierto
    tus verdes ojos irradian de frescura
    la mañana se apresura a abrazarte con ternura

    De mis pensamientos te apoderaste
    intento mostrarme frìo al mirarte
    pero mis sentimientos me apuñalan
    en un rincón donde las esperanzas de mì se apartan

    El silencio recoge mis palabras suspirantes
    al saber que no puedo olvidarte
    la pluma y el papel son mi ùnico remedio
    para liberar lo que por ti yo siento durante mis desvelos

    De la vida nada he aprendido
    sòlo sè que en tu belleza se halla un mundo
    que ignora el egoísmo y sus viles triunfos
    al cual desea ascender mi espìritu perdido

    En tu Ser, mi alma espera algún dìa regocijarse
    y alcanzar la gloria de estar a tu lado
    pero la indiferencia no deja de lanzar los dados
    sobre mi afecto que por ti busca desatarse

    Que en sus insondables profundidades
    un valioso tesoro guarda celoso
    piedras, a las que tu brillo prodiga de bondades
    y por las que mi corazòn desangra precipitoso

    Quizà palabras dignas de carcajadas parezcan
    o expresiones de un ridìculo payaso
    que te quiere en esta soledad, endurecida por los rechazos
    pues sì, eso soy, aunque en sus risas todos enloquezcan

    No espero que me ames
    sòlo querìa avisarte
    sobre este cariño punzante
    que hiere mis venas con resignaciones letales.

    XIV
    Un terrible ardor existe dentro de mì,
    una fiebre que seca mi sangre,
    intento cerrar mis ojos
    ante una tarde carmesí,
    que comparte con mis sueños
    su repulsivo vinagre

    Una vez màs…
    me dormì ante mi epitafio,
    que marca un letàrgico destino,
    cuyos susurro en mis oìdos escucho despacio
    y la decadencia
    acecha con el temor mezquino…
    mi existencia, encadenada a las neuronas,
    intenta escaparse con desesperación,
    su fuerza, debilitada por la incisión
    que la cortò en pedazos
    que laten a velocidad penosa…
    sus latidos retumban en mi cabeza,
    un nombre sale de entre sus raìces…
    es ella y sus cabellos aparecen en estelas,
    pequeñas gotas de luz que brillan sin extinguirse,
    intento alcanzarlas pero un abismo se abre
    delante de mis rìgidos pies crispados,
    que absurdamente caminan
    sòlo para contar los pasos
    y mi voluntad se retuerce
    bañada por el àcido cobarde

    ¡ Diosa mìa, enjuga mi insìpido despertar !
    para asì recordar que algún tiempo atràs
    …humano fui,
    mas cuando te alejas,
    ya no sè si existo
    o si alguna vez existì,
    pues todo aquello en lo que yo creì
    hoy es un extraño sueño
    que no para de sonar.

    XV
    Camino por un recòndito bosque,
    donde las copas de los àrboles se doblegan,
    cuando el aire trae consigo un ruido torpe
    y desata tempestades
    que en sus iras no sosegan,
    los truenos se despiertan
    entre enfermos murmullos,
    una sombra se vislumbra a lo lejos,
    la espesa lluvia la opaca con sus diminutos espejos,
    el grisàceo cielo
    la pierde entre sus vagos barullos,
    las gotas caen apresuradas sobre mi piel,
    como agujas que cria la hiel,
    sobre mis poros se clavan con desdèn
    y un desgarrador impulso
    me arrastra hacia el arcèn
    de un barranco ocupado por la espera,
    convertida en angustiado espectro de la incomprensión,
    mis manos juntas recogen su retrato
    …regado en desilusión…
    una bella mujer que sòlo deseò que la quisieran

    Su odio, fermentado
    por los romances perdidos
    a su inexplicable hermosura resucita
    y junto a mi rabia se une
    entre la niebla que acoge los pedidos,
    dictados por el perturbador puñal
    de las almas suicidas

    Su blanca piel satinada,
    como el argentino brillo de la luna,
    su hiriente suavidad, entre cortinas atizadas,
    esperando al agosteño cariño que la descubra

    Sus miradas,
    el fondo de un pozo abandonado reflejan,
    el de un lugar
    que nunca escuchò sonido alguno,
    sòlo el de las gruesas piedras que todos detestan,
    que la decepciòn se divierte
    lanzando sin disimulo

    Sus perladas manos
    sobre su regazo descansan,
    inocentemente se juntan para no perderse
    en la desesperación
    donde sus dedos se arrastran
    al no recibir los abrazos
    donde anhelan enternecerse

    La miseria, su aromàtico olor despide,
    su amargo sabor,
    a nuestros labios embiste,
    una oportunidad para vivir es lo que deseamos,
    nuestros besos disfrutan del veneno
    que tanto codiciamos,
    peligrosos son los caminos del amor,
    nuestros abrazos se aprietan
    mientras aceptamos el horror

    Cuando nuestra uniòn lo es todo,
    las mentiras y el egoísmo
    quedan entre los tontos,
    entre los cobardes que no aceptan el dolor,
    quienes desconocen que amar
    es tambièn vivir con este tumor,
    la esperanza muchas veces
    enterrada quedarà,
    pero los buenos recuerdos
    siempre la resucitaràn.

    XVI
    Embriagado por mi ignorante obstinación,
    mi corazòn, que a mis ojos enrojece,
    pelea ferozmente contra la resignaciòn,
    que acabar con tu amor pretende

    Te perdì y mi mente se niega a aceptarlo,
    al verte en aquel féretro mudo,
    mientras a mi redor todo se torna inmundo
    y mis làgrimas
    no encuentran còmo su dolor desahogarlo

    Todos permanecen con sus altivos rostros indiferentes,
    frente al altar de mis torturas inclementes,
    donde a tu belleza, de males inocente,
    en una caja acomoda lujosamente,
    cuando mi vida junto a ti perece,
    como estos cirios
    que junto a la llama se desvanecen

    Fuiste mi ùnica amada,
    la sonrisa que en mi rostro dibujaba,
    el hechizo que a mi voz apagaba,
    al contemplar en ti
    la dulzura tan esperada

    Los recuerdos insisten en no abandonarte
    en esta lacrimal sala, asfixiada por mis pesares,
    al lugar donde te conocì
    piden llevarte,
    allà donde sòlo rumores eran los desaires,
    cuando creì por siempre,
    entre mis brazos abrigarte

    Cuando en infantiles ilusiones
    nuestras mentes se enredaron
    y las tiernas palabras
    en caricias se encarnaron,
    donde las promesas fielmente se desnudaron
    ante los sentimientos
    Que a travès del afecto se deslizaron

    El perpetuo silencio, dueño de las horas
    a tu corazòn callò
    al cubrirlo con sus mortajas,
    que de ti me privaron
    y dejaron en esta ruina honda,
    donde por ti claman a toda deshora,
    los cruentos latidos
    de añoranza que a mi pecho tajan

    Flores de acònito llueven sobre mi cabeza,
    sedando mis pensamientos
    con letàrgicas locuras
    y en el horizonte sòlo esquirlas de vileza
    que rallan mi soledad
    al no gozar de tu ternura

    Mi mundo, mi alma amada,
    en tu sepulcro mi sangre permanece
    y la bondad que conocì por tu belleza agraciada
    junto a tu làpida,
    rendida se adormece,
    pues fuiste tù mi humanidad,
    en tus rosàceas mejillas
    descansaba la humildad,
    que frente a la sinceridad se sonrojaban…
    tus profundas miradas
    la pureza despertaban
    en mis ojos, que por primera vez
    a la vida abrazaban.

    XVII
    En mis sueños creo volar
    hacia las altas esferas de tu corazòn,
    en el suave terciopelo de tu piel naufragar
    y en tus labios caer en eterna aprehensiòn

    En tus abundantes cabellos…
    por el sol admirados,
    perderme como el viento
    que viaja hacia lugares no alcanzados,
    en tus ojos de miel, dulcemente empalagarme
    y en sus virginales luces,
    de la realidad apartarme

    Mas todo es sòlo una distracción,
    que mi mente crea
    al no aceptar esta criminal desolación,
    cuyo profundo charco de abrazadora hediondez,
    arrastra los restos
    de inmolaciones, ejecutadas por la timidez

    Una cloaca de mentiras soy
    que da salida a sus màs caras fantasìas,
    de las cuales disfruto
    en el silencio de mi alma vacìa,
    sin percatarme de cuàn embarrado
    por sus heces estoy

    Un imbècil privado de la razòn,
    algo flotante…
    en los asquerosos retretes de la divagación,
    cuyos deseos escupidos en un suspiro,
    se esparcen en el aire,
    de donde luto respiro

    Tu imagen es sòlo una esperanzadora ilusiòn,
    el àngel…
    que de mis anhelos perdidos fue creación,
    de mis màs falsos versos al viento,
    la màs bella inspiración,
    pues sòlo soy un tonto
    que en pensamientos tu hermosura acariciò
    y en sinceras palabras que nunca te dijo,
    llegar a ti creyò.

    XVIII
    Hoy ya no puedo “recordar”,
    lo que alguna vez el amor me inspirò,
    las melancolìas que no paraban de tomar
    de mis angustias, la pasiòn,
    por la que mi esperanza, sacrificada se arrastrò,
    entre este mortal polvo que esconde la ilusiòn

    Todo, lo que por ti yo sentìa,
    reducido a la vaguedad de la nada,
    mientras me disipo en los recuerdos de aquel dìa
    en que tembloroso por tu sonrisa plateada,
    inútilmente con màgica poesìa,
    intentaba describir tu belleza
    en inocencia inmaculada
    y que con voz de moribundo te decìa

    El càlido olor de tu cuerpo,
    junto a mis cenizas, dócilmente se esparciò
    en el pasado…
    donde tus hombros fueron un puerto,
    que a mis feroces besos de cariño recibieron
    aquella noche en que nuestro amor se destilò
    en desesperadas gotas de sudor,
    que en la desnudez su altar erigieron
    en medio de rescatadores abrazos
    que presagiaban el dolor

    Ahora, sòlo la quietud de esta podredumbre existe,
    que conduce a un abismo que persiste,
    tu imagen se pierde mientras permanezco
    en las altas cumbres
    de la soledad en que perezco,
    desde donde te observo sin sentir ardiente daño,
    mientras escalo en mi ridìcula inercia
    sus inmensos y desmoronados peldaños,
    donde se deshacen los pètalos
    de tu gloriosa esencia

    Desde màs allà del tiempo y el espacio,
    mientras de tus memorias,
    como frase vacìa me distancio,
    te escribo para anunciarte
    de cuànto tus enseñanzas de cariño extraño,
    pues me niego a perderme
    en el olvido y en su arte,
    que ansìa absorber los sentimientos con los años.

    XIX
    Crìmenes amantes del silencio
    en frìos rostros, cuales limpios lienzos,
    gotas de sacrificio se ocultan,
    pasiones de que de muerte deslumbran
    cual el filo del resentido puñal, fiel artista,
    que con centelleante filo masoquista
    entre rasgados tàlamos vacìos creò.

    El aullador murmullo se petrificò
    indolente ante voces que desmienten
    en destilaciones de pesares que se vierten
    de la boca de demonios perturbados
    por el Hades, para vomitar el dolor enviados.

    En su quietud, de obsesiva hipocresìa testigos,
    fruncidos rostros que advierten el castigo
    para un mundo de cadàveres que supuran
    el pus de rubores que se estrujan
    entre los cienos del vicio abrumador
    de la insensibilidad, junto al hado negro, trovador

    Melancòlicos augurios se despiertan
    en miradas, que por la noche se inquietan
    cegadas por el sueño imposible
    que sus ojos de habitaciòn perecible
    sòlo el nocturno y claustral cielo conocen

    Donde sus alas vagan hacia un horizonte,
    de rojizas nubes que a sus chillidos
    lastimeros, cuales inocentes, por desilusiòn heridos,
    en resignados descansos acogen…
    y sus colmillos, que lascivos deseos esconden
    en venales fantasìas escapan
    de su propia maldad… que embaraza
    el mundo en las cunas de àngeles,
    que en el amor puro anhelan sus despertares.

    XX
    Bajo los brìos de un bebedor deseo
    bestial y hambriento, cual tràgico deceso,
    mis manos, las asperezas de retratos rotos,
    indomables, palpitan sus ingentes destrozos
    que el caprichoso destino fragmentò.

    Del ocaso, un ùltimo resplandor se refugiò
    en los celestiales vestidos de mi amada,
    tan puro como el brillo de su alma,
    en calor, como un radiante amanecer, desbordada.

    Desconsolados, mis ojos trasnocharon
    en suaves paños, donde mis sueños se ahogaron
    precipitados, mientras intentaban gritar
    lo que la circense indiferencia supo ocultar,
    mientras de estigmas un amor se vestìa
    y en la sangre que mis suspiros exprimìan,
    ¡ amarla eternamente !, mi alma repetìa,
    en errantes voces, que sòlo en mi demencia conocìa.

    A mi redor miro, con la vista extraviada
    en el candor de su belleza anonadada,
    en los arrastres de lejanas sombras
    postradas a la innata aflicción de las horas,
    condenadas a su inexplicable vacìo,
    donde mi soledad, cual pèndola en el hastìo,
    indolente ante los ruidosos chasquidos
    de la realidad y sus golpes resentidos,
    en su corazòn de candidez infantil,
    descansa como estatua en su suavidad pueril,
    donde la bondad….por el mundo vagabunda,
    su reino… de la maldad inmunda,
    se guarda entre promesas inquebrantables,
    que un dìa entre juegos perdurables

    En el eterno cielo escribimos,
    donde inmortales nos creìamos,
    pues sòlo de nuestro amor bebìamos,
    en dulces làgrimas que vertìamos,
    caminando por verdes valles donde nos perdìamos
    en el agitado sonido de un solo respiro
    y en la inmemorial mùsica de un solo latido,
    que nuestras gemelas miradas reconocìan
    en el ardiente alba que no desfallecìa,
    de nuestros iris que de blanco coloreaban,
    cuando nuestros corazones, encarcelados mermaban
    por la mutua cercanìa, que en la distancia
    la obscuridad encontraba en asesina estancia.

    XXI
    De estas làgrimas ocultas,
    un largo y desolador viaje sin ruta,
    mientras en la distancia nuestras almas,
    solas danzan esperando mutua calma.

    Y sòlo en palpitantes y quebrantadores sueños,
    nuestras pasiones, su florecimiento suavemente arrojan
    como pètalos que dulcemente flotan
    en el amor, que de lo eterno es dueño.

    Pues el tiempo es sòlo una aventura,
    Nacida del vacìo y la amargura,
    Que hacia una constante muerte conduce
    Y el suicidio en apagadas llamas se transluce
    A travès de palidecidos rostros
    Que buscan en la impotente y despertadora soledad
    Fragmentos que reconstruyan lo roto
    Y en biliosas cortaduras heridas de sanidad.

    Tù y yo, juntos
    Respirando el sabor de los cimientos
    De nuestro deseo, desprendido del calor
    De los abrazos, desenterrados de labios mudos
    Que ahora en el exilio palpitan el ardor
    De la melancolía que acoge en el encierro
    Las ùltimas palabras que colman de dolor.

    Pues plasmadas estàn
    De celestiales cantos, sepultados en el corazòn,
    Que lentamente entonan, mientras se van
    Entre ahogados gritos, los ùltimos vestigios de la razòn.

    Cuando de verdad se ha amado
    Existir es sòlo morir desangrado,
    Pues al final de la actuación
    Los sentimientos aùn desconocen el adiòs
    Y en la claridad del dìa soleado
    En llantos se ciegan desconsolados
    Y en la obscuridad, sòlo sonrisas inciertas
    Perdidas en los recuerdos y los delirios,
    Cual el silencio en calles desiertas
    Que de las sombras deviene en ligero sonido.

    Al final, nada màs necesitaremos saber,
    Nuestro cariño serà la ùnica vida
    Y nuestra esperanza no serà una vela encendida
    Que se extingue al amanecer.

    Pues tu aliento es mi respiro,
    Que se corta cuando le exijo al destino
    Tu regreso con enfermizo frenesì,
    Roìdo en mis petrificadas manos,
    Mientras tu divinidad en ellas puedo sentir,
    Aquì, desde las profundidades de este mundo vano
    Porque al cerrar los ojos me veo junto a ti
    Y me niego a abrirlos porque te amo
    Y reconozco en tus labios
    La gracia y el sentido de vivir.

    XXII
    Sueños cansados de robar
    del viento el don de perdonar
    para sus lamentos postrados en la realidad,
    mas en tu belleza descubren la eternidad…
    viajando hacia la noche eterna,
    donde tu luz es una aurora intensa,
    que alumbra en medio de la amargura,
    inmensa, como el universo en su soledad obscura

    …Y tu bondad brilla en mis làgrimas,
    al mirar en tus ojos la pureza,
    que hiere mis alas, inundadas en la aspereza
    de un pasado que del vacìo recibe dàdivas

    Sòlo pensar en ti,…
    es lo que necesito
    para saber que de la humanidad
    aùn guardo un desgarrador respiro
    y que en los cristales creì perdido
    junto al ùltimo suspiro

    Tus comprensivas palabras derraman sinceridad,
    cual inocencia de juguetones niños
    …jugando y desconociendo la desigualdad,
    cuando sonreìr era un divino designio
    …y tu amistad,
    me recuerda que alguna vez fui niño.


    XXIII
    Precipitadas las nubes derraman
    gotas que sollozando reclaman,
    mientras continuamente fluyen en la tierra,
    preguntado incesantes a la dulce luna hechizera:
    por què tu brillo en mis fluidos se entierra ?,
    es la felicidad un falso palpitar que se hereda ?,

    No, es la inocencia,
    perdida entre las grises nubes,
    que en su amargura ya no recuerdan,
    lo que se dice libremente y sin dolencia,
    pues la esperanza
    en argentinas sonrisas se descubre
    y mi brillo en tu humedad es aquella lumbre,
    que al tiempo se resiste con vehemencia

    Siempre…, solo me sentì,
    entre gotas de dolor mis recuerdos dividì,
    olvidàndome que siempre estuviste junto a mì,
    nunca te veìa, siempre te ocultabas,
    mas comprendo ahora,
    fueron mis necias làgrimas,
    que con violencia apartaban,
    todo lo que con esperanza abrazadora
    cultivè cuando aùn creìa en celestiales ànimas

    De mis frìas noches,
    la princesa que sobre mis reflejos danza
    y de mis frìas mañanas
    que del sol se distancian,
    el rocìo, cuya canciòn guarda sin derroche.

    XXIV
    El viento penetra por la inmensa ventana,
    trayendo consigo el calor de olvidadas mañanas,
    una cama en su toldo se disfraza,
    ocultando algo muerto entre sus sàbanas

    Palabras aullando al silencio,
    por la ùltima làgrima consumida,
    por tu olor que a mi mente encarcela en decenios
    de añoranzas que se arrastran por estas telas roìdas,
    que el rojo color conservan
    de una insaciable despedida,
    cuyos fluidos en mi alma
    y mi corazòn se entierran,
    abandonàndomde en esta habitación corrompida
    de fantasmas que destierran de la obscuridad
    una sombra que en mi mente es deidad,
    pues tu piel yace aprehendida
    en mis labios enfermos de muerte y pasiòn
    De tu cuerpo, hùmedo en gotas de pudor,
    bebì el inocente trago del desamor
    y al abrazarte, la envejecedora desolación,
    pues lejos de ti, pude saborear el dolor
    y en mi solitario lecho, hallar el funeral de una ilusiòn

    Aùn escucho tus celestiales latidos,
    cuales graves campanadas de aquel templo perdido,
    donde nuestros besos fueron caricias etèreas
    y nuestro jùbilo, de deshojadas violetas
    florecìa junto a la lujuriosa tormenta,
    gritando cual exasperado crujido
    de nuestros corazones,
    que desangraban dormidos,
    por el embriagador deseoque desvelaba
    en suspiros, que entre palabras se cortaban

    Y el rubì…testificando nuestra uniòn,
    vertida en heridas de lacrimal unciòn,
    brillando incesante como un ciego ocaso,
    conservando recuerdos de un encuentro crepùscular,
    que adelantaba las horas junto a los pasos,
    que en nuestra soledad
    escuchàbamos en el palpitar
    de nuestras fantasìas, que ensordecidas esperaban
    un “TE AMO” entre las puertas que se cerraban
    apresuradas, temiendo a la deslealtad
    de las mentiras,
    donde la belleza humea morbosidad.

    XXV
    Mis ojos estallan en las sombras
    de mi ceguera, carcomida por las sobras
    …y mis labios ansiando pedir
    mientras tu corazòn cesa de latir,
    a la muerte su trago redentor
    y asì cubrirnos bajo su màgico cobertor,
    ofrecido por la noche a los soñadores
    …y sobre lo marchito, como difuntos execradores,
    caminar mediante el sonàmbulo beso,
    amante de victimar desvelados versos,
    plasmados en el olvido, junto a las ramas caìdas,
    que alejadas…, en el crimen se hallan bendecidas,
    gozando en su satisfacción mezquina,
    pues en el desamparo se instrumenta un silbido
    y en aquel sonido
    la lujuria del homicidio,
    en el cual un dìa despertamos
    libres de pactos corrompidos,
    cuando la pasiòn se inmolò en aullidos,
    que la obscura fosa profanaron,
    donde nuestras voces sollozan cautivas
    junto a las larvarias sirenas de auguradoras idas,
    que sobre el anillo, agitadas danzaron
    mientras devoraban lo que nuestros lirios crearon

    ¡ Llueve desierto…llueve !,
    penetra tus venas en mi carne,
    escucha de mi tumba el reloj que aùn mueve
    entre esta tierra un corazòn que se parte
    en pedazos, bombeando la sangre,
    derramada de vasos, donde heridas abiertas,
    descansan frente a una vìctima despierta,
    …agonizando mientras su velo se abre

    Pues he abandonado mi cuerpo en el moho,
    para desgarrar de mis huesos el miedo
    y beber de sus manantiales de lodo
    el dulce alivio de bacanales viñedos

    Mi frialdad ha abrigado longevas palabras,
    acumuladas, cuales inertes telarañas,
    injertando en mis pies la fiebre de la traiciòn
    que me impele a devorar las inocentes almas
    que sobre mis restos descansan en pudriciòn.

    XXVI
    Camino arrastrando los desperdicios
    arrojados de las fauces del vicio,
    devoro en la tierra sus profundidades,
    envejecidas por la hambruna de las suciedades,
    …destilàndose en fluidos de blanco sacramento
    de un sacrificio consumado en los aposentos
    de mis vìsceras roìdas por el asco,
    cuyos secretos guarda en su elìxir amargo

    Mi garganta es un coàgulo de mentiras
    cuando desato los nudos de la soga
    …recogiendo fragmentos de las piras
    cuando grito, exclamando a las horas:
    “detènganse vagas urnas…donde la no muerte mora,
    pues mi existencia no es su melodiosa ira

    …Sumergido en las entrañas del destino,
    devoro las cruces tejidas por la ironía,
    respiro el inerte suspiro de lo divino
    en la palidez, que escribe sobre la agonìa
    ecos, en labios de una ninfa, donde cantan apagados,
    la entrega de su belleza a los brazos de una obsesiva letanìa,
    donde sus labios congelan rincones olvidados

    En sus volàceos rubores detengo mi pulso
    y los resplandores deposito, de antorchas reprimidas,
    …sintiendo el frìo,…sedando mis impulsos,
    consumièndome en el éxtasis de ideas fallecidas
    …debajo de sus nìveos brazos me encarno poseìdo
    y sobre su vulva, blancas làgrimas de lobos heridos

    Las moscas merodean el polvo,
    miro hacia atràs y sòlo encuentro el agujero,
    mis manos extiendo para excavar en lo hondo,
    …mas sòlo hemorragias de luceros negros

    …Espejos del deseo, derramado de las llamas
    …aguijoneando al viento, desvistiendo su calor
    sobre sus delicados pezones…inquieto en aromas vagas,
    inodoras, en su inmóvil cuerpo, exiliado del hedor

    Te amo demasiado…y mi sed es un puñal,
    hiriendo cuando no respiro tu càlida humedad,
    para sentirte dentro de mi soledad,
    mas amarte es conservarte como un frágil cristal

    …Sobre tu desnudez, acariciada por la frialdad,
    quiero dormir, mordiendo tu piel, esculpida en la cal,
    lo que entre pinceladas queda…
    de la errante deidad.

    XXVII
    Una diosa en magnànima belleza, altiva
    de esbelta y colosal figura,
    cual creación de proverbial finura
    que en el mármol, su virtud acomoda esculpida.

    Es amor, el que en tu talle se viste,
    es en tus miradas, donde su pasiòn se desviste,
    sonriente por el fulgor de la juventud.

    Tu tersa piel, intocable ante la prontitud
    del tiempo, en plenitud se eterniza,
    cultivada en el éter de los ideales
    màs puros que el Ser fraterniza
    con la noche, donde tu morena piel en caudales
    cristalinos por la luz de la luna,
    corre tranquila como los deseos en la cuna
    de una infanta, que en tu alma se mece,
    oculta detràs de la mujer
    que tu ensoñador rostro ofrece
    y que en tus mejillas se niega a palidecer.

    Pues tus memorias aùn juegan,
    pisando màs las atizadas cenizas que el polvo,
    mas yo prefiero devorar estas cenizas que aùn queman,
    para asì recordar el dolor y llenarme de gozo.

    y asì esta mediocridad ahogar
    en el fuego, con que cobijaste a mi vacìa habitación,
    en tus hirientes caricias con las que pudiste apuñalear
    a mi alma, con tu inmortal beso de lujuriosa sediciòn
    eterna, a cuya sed inextinguible
    a mi corazòn condenaste atormentado,
    a mendigar lo que yace indecible
    y que sòlo en nuestra uniòn
    se desbordaba fermentado.

    Mas sòlo el odio y la crueldad es lo que percibe,
    en mis venas, que a su cautivador vino recibe,
    cual ignorada puerta de una cripta,
    que frìa, guarda los lamentos que extirpan
    de abandonadas flores un recuerdo
    que despida el aroma del ensueño,
    donde lo que fui, junto a tì
    sòlo permanece en palabras… que quedaron por decir.

    XXVIII
    Un dìa màs…y el sol derrama
    sobre las sombras su hiriente fuego
    y mis pàrpados, cosidos por el sueño,
    pues mi mundo es sòlo un hilo que desata
    desesperados gritos que se apagan,
    en el olvido, arrastrando el deseo,
    oculto en cànticos recitados en el silencio,
    mientras me levanto sin comprender nada,
    …y mi alma es un desperdicio quemado con palabras
    absurdas y con los sentimientos
    plasmados en el tiempo,
    fràgilmente como una dèbil promesa,
    sostenida por el beso de un amor tierno
    que nunca vi ni sentì, sòlo vanas escenas
    donde el corazòn abrigaba el invierno
    y el llanto arrancaba de las espinas
    la inmortalidad y la esencia del dolor eterno,
    …amar es consumirse bajo una làpida frìa,
    beber de las brasas del disimulo,
    lo inerte y decadente del inframundo,
    esculpir la maldad y el pesar en caricia,
    que inyecta el deseperado calor de la desdicha
    en la sangre, su veraniega dòsis de indiferencia,
    mientras hallo en la muerte mi demencial existencia.

    Nunca supe lo que era tenerte
    entre mis brazos…, dèbiles, sedados por la vejez
    de la desesperanza, donde tu corazòn sòlo fue y es
    un veneno que cegaba mis ojos para verte,
    una marchita ilusiòn brillando en mis heridas
    …vidrios rotos, piezas de la soledad,
    regada y escondida en pasiones lascivas,
    hiedras de melancolía que corroen la vanidad,
    …delante de mis pies falleciò la humanidad.

    Melancolìa

    I
    La soledad es un desierto infinito,
    surcado por embusteras promesas,
    …cada paso ha sido una trampa,
    disfrazada de risas
    que han escondido tristezas,
    …todo deviene en absurdos delirios,
    cantando y recitando desde la zanja
    aquel constante adiòs, llevado por làgrimas,
    fluyendo junto a la corriente del rìo,
    avanzando sobre un corazòn
    deshojado en inocentes dàdivas,
    mientras mi aliento en el frìo
    sòlo responde a la luz de tus ojos,
    al resplandor de tu alma,
    que vaga por los sitios
    del jardìn donde guardè
    mi corazòn en sendos manojos,
    …conservados detràs de aquel vidrio,
    mientras observo,
    agitado por el destino,
    muriendo por extender mis manos,
    para alcanzar aquel fuerte latido
    y guardarlo
    bajo mi extenso abrigo
    como un quebrador suspiro
    y recordar que a ti
    es a quien amo
    y saber que aùn tengo un sitio,
    …sòlo sè una cosa; te necesito, àngel mìo.

    Los dìas transcurren congelados,
    un lejano sol miro asfixiado,
    adormecido me pregunto
    si podrè salir
    y pasar bajo el puente sin sentir
    la nieve arraigada junto a la hiel
    …y asì postrarme ante tus pies
    y dejar de mis labios brotar
    este agitado espìritu
    tejido con estrellas,
    deseosas por convertirse
    en solitaria centella
    y en tu celestial espacio habitar.

    Mis pupilas aùn brillan,
    la luna aùn alumbra
    la desolada ventana,
    mis agonizantes sueños
    en tu brillo se refugian,
    mas cada inventado recuerdo se devana
    en rodantes escenas
    alucinadas por mi mente,
    cuales figuras durmientes
    descansando en una urna distante
    a la que no he podido entrar,
    nunca tuve la llave,
    …al agua cayeron las flores
    de nostàlgicos amantes,
    he acariciado la necesidad de tenerte
    y le he promulgado una canciòn a las aves
    y le he declarado al mundo
    cuànto mi alma sabe
    te extraño…
    y de mis dìas no puedo desterrarte
    …he arrancado del tiempo las horas
    y esperar de tus manos encantadoras
    una màgica bendiciòn, inocente y ciega
    y bailar juntos
    hasta que el viento
    arroje sobre la ciènaga
    lo que pudo y lo que no pudo ser
    y sobre la tierra una historia
    que anuncia junto al crepúsculo nacer.

    II
    Las esperanzas son el peso de los años,
    las ilusiones…rupturas de los sueños,
    he esperado de tus divinos labios,
    colmados de reproches eufemos
    aquel resplandor que arde,
    aun cuando no siento nada,
    …hacia el cielo he inclinado la mirada,
    los recuerdos,
    desangramientos de la tarde.

    Bajo una oscura muralla muero,
    he ardido en tu infierno
    mientras duermo,
    he besado a escondidas la penumbra,
    robando de mis sombras tus burlas,
    sumergidas bajo claros manantiales,
    he sentido el invernal calor de tu alma,
    la soledad y el silencio
    son el destierro de quien ama.

    Asesinarte fue romper
    lo eterno en decenios,
    excavar hoyos sobre hallazgos sentimentales,
    mientras aquellas volaban hacia su reino
    y un ùltimo pedido,
    humano y regocijado,
    bajo el polvo y la sortija…sepultado.

    Nuestro desgastado e inusitado amor,
    sòlo fue un retardado clamor,
    fuertemente cantado y sin lamentos
    tan profundo hasta desenterrar el dolor
    que aùn yace sobre el cielo abierto
    y los cuervos se han detenido
    frente al portal,
    esperando a nuestro hijo,
    los abrazos son semillas del herido,
    …hemos buscado juntos
    sanar nuestros innatos vestigios,
    derramando sobre el mundo
    nuestras culpas
    y destruyendo viejos prodigios,
    sosteniendo sobre un pedestal nuestro muro,
    …es el amor un providencial designio ?.

    III
    He hallado entre escombros un nombre,
    un rojizo horizonte
    depositado en un cofre,
    una pasiòn disimulada en agonìa,
    una sonrisa,
    resignada y lùgubre,
    cual candelabro,
    inmóvil en su dèbil lumbre

    …La humanidad y su marchita letanìa
    buscando plenitud en el instante,
    mas èste es una orgìa constante

    Y la vida
    es sòlo una ventana alejada,
    encendida en medio de la obscura noche,
    la observamos y no pensamos nada
    sòlo escuchamos y dormimos
    mirando a travès de sus marcos el norte
    mas siempre repetimos
    entre ultimadas palabras
    lo que sentimos

    La esperanza…
    goteando lentamente hacia arriba,
    callando lo inevitable
    con mirada altiva,
    acariciando apasionadamente lo inalcanzable
    mas lo infinito se esconde
    en el vacìo irremediable

    Aùn las monedas caen sobre la plaza,
    los recuerdos son un inmortal lazo,
    el exilio,
    el tiempo que no nos alcanza
    …mirando hacia atràs
    y rasgando con trazos
    lo imperdonable y condenable de la existencia,
    reflejada en el sabor del matinal trago,
    fluyendo
    mientras codiciamos con reticencia
    el sudor y la sangre del desamparo

    Las flores se han filtrado
    sobre aquel sorbo amargo y frustrado,
    sus besos fueron mis amores vanos,
    la sanaciòn de mis años desahuciados,
    el pasado,
    reflejado en engaños,
    mas èste yace sobre la quebrada

    …la frìa tarde y sus rubores desangrados
    se adhieren a una mujer
    y su cuello delicado,
    mientras hacia el cielo
    …intacta su mirada,
    nublada en la obscuridad
    y caìda sobre el hùmedo prado

    Sobre mis brazos tu desnudez,
    tu frágil juventud,
    una desgastada aurora entre la multitud,
    tus vespertinos cabellos en mis labios,
    una caricia
    que desarmoniza con los años

    El tiempo avanza y aùn estàs aquì
    colmando de hastìos
    las raìces de mi frenesì,
    asediando los corredores de mi alma,
    brotando de mis semillas
    la austera calma

    Lo que fuiste para mì
    hoy es la sombra de lo que soy,
    nunca pude olvidarme de ti
    mientras màs solo estoy
    màs siento tu castigadora presencia,
    el deseo es una indulgente herida,
    un faro iluminado por la ausencia,
    el arrastrador oleaje
    de un viaje sin partida,
    sòlo conocì tus entrañables carencias
    depositadas en tu sacrificado corazòn,
    extraìdas de las cenizas
    de un inhabitado panteón

    Con el sol de nuestras vidas
    conseguimos aliviar el peso de la muerte
    mas tu luz es el cansancio de mis dìas
    y el presente, mi castigo por no verte.

    IV
    Una mirada perdida
    tu voz vislumbra,
    tu dulce olor
    en borrosas memorias se desnuda,
    un moribundo resucitado por la herida,
    aùn yace clavada
    en el fondo la perfidia
    [FONT=&quot]
    Cada dìa que amanece
    angustiado espero tu ausente reflejo,
    mi destino es un empañado espejo,
    tu belleza
    es sòlo un desahogo de mi pasiòn,
    abandonada al final de un callejón

    En el amargo sabor
    del ponzoñoso deseo,
    mi odio encarno
    en el marchito beso,
    que sobre tus senos
    en làgrimas recorre,
    cuales olas
    calladas sobre su manto enorme,
    la posteridad
    y el cansancio de la beldad

    En rojizos fluidos
    se inquieta mi bondad,
    avanzando dentro de tu rosàcea piel,
    tu hermosura,
    el placer desdeñado por la hiel,
    cual pètalo
    abierto en su prematuro sueño,
    latiendo su debilidad en tu terso cuello

    Im penetrables son los senderos del vacìo,
    los celos son el desgaste de los anhelos,
    la lujuria, el abrigo de amores caìdos
    sobre el mármol de un triste sepulcro,
    la espera es un escenario de felices momentos
    mas la añoranza es su retorcido fruto

    Cada segundo en el recuerdo
    es un extraño y profundo retroceso,
    tus manos,
    congeladas mientras duermo,
    nuestros sueños
    el origen fueron de un fatal deceso,
    encerramos las sombras del olvido
    en un cofre de amargura,
    mas un frágil recipiente
    es el corazòn dormido
    cuando el sacrificio atormentado perdura

    Tu sangre,
    el licor de mis ideales muertos,
    el éxtasis de mis delirios inciertos,
    tu luz, el fuego de mi invierno,
    la llama de mis deambulantes dìas eternos,
    apagada entre lùgubres escombros
    …de sus aguas bebo el desamparo
    y descargo toda culpa de mis hombros,
    mi esperanza es ahogarme el parto
    de tu desesperación, derramada en lo alto
    de aquel soleado rincón desgerminado,
    el llanto es nuestro fiel canto amado,
    la indiferencia sòlo ignora lo irreversible,
    la lejanìa es nuestro paraíso
    …aùn no perecible

    Sobre tu ombligo
    anhelo profundamente engullir
    de tu cuerpo el sudor
    que embriaga al morir,
    de tu calidez saboreo la dolencia
    de tu mortalidad y tu humana demencia

    Amada y extraviada dama,
    arrojada al vasto susurro de los años,
    por tus pueriles y desertores labios
    he mendigado mi desabrida alma

    Mis palabras sobre un frìo espacio caen,
    estar a tu lado
    es ver còmo los sentimientos decaen,
    la voracidad de nuestras ilusiones
    fueron la infinita abertura
    de un mundo sin temores,
    dejando al final
    sòlo un rostro en las alturas
    donde mis ojos
    aùn desconocen la cordura.

    V
    En tus inocentes y desgastadas làgrimas
    Mi odio encuentra su orgiàstico refugio,
    Tus heridas,
    En deseos àvidas,
    Mis labios acarician,
    Escuchando su preludio,
    Sobre tu cuello,
    Tus palpitaciones, la fuerte mùsica

    Extiende tus brazos hacia arriba,
    Amada mìa,
    Siente el resplandor
    De tu aurora pùdica,
    Permìteme extraer
    De tu olor la llama frìa,
    De tu fragilidad
    Y la durmiente marchitez,
    De tus sueños rotos,
    Lisonjas de crueldad,
    Reflejadas en tus ojos,
    Cegados por la madurez,
    Tu sensualidad, tu juventud,
    El dolor de tu beldad

    Aùn duerme bajo tu rosàcea piel
    El cansancio de un resquebrajado corazòn,
    El dulce y criminal sabor de la traiciòn
    A travès de tu voz, lastimera y fiel
    A la mordida
    De la matinal manzana,
    …eterno fruto
    De ilusiones pasadas

    Debajo de tus brazos
    Siento la humedad
    De tu cuerpo,
    Que en pasiòn derrama
    Gotas decreciendo en vil saciedad,
    Una prisiòn fue para mi incauta alma
    Mi amor por ti,
    Que sobre un papel derramè,
    Mis sentimientos
    Una ancha puerta fueron,
    De los lìmites y el dolor
    Mi corazòn liberè
    Y en el tiempo
    Sòlo restos que no murieron

    En tu boca he enterrado tu desprecio,
    El albor de mis glorias olvidadas,
    La hiriente perversidad de tus besos,
    Mi venganza,
    Empuñada bajo tus sàbanas

    Tu bendiciòn
    He devuelto en mortajas de cieno,
    Mis desamores
    Perdidos en la lozanìa de tus senos

    Muere amor mìo, muere,
    Sella tus ojos en el cielo,
    Desangra tus pàrpados
    Ante un sol que hiere,
    Humedece tus manos en el rencor fiero

    Ahoga tus sacros pesares,
    Derrama tus esperanzas en rojos mares,
    En el violàceo brillo
    Del ùltimo suspiro,
    …Y tu sombra esculpida en el respiro,
    Agitado mientras tu desnudez duerme
    En el tiempo
    Y las noches, insòlitos muelles
    Del silencio y la obscuridad, navegantes
    De la lujuria,
    Oculta en miradas de amantes.

    VI
    Negras làgrimas sobre el suelo,
    Sus biliosas esperanzas escarpan,
    Difícil es caminar sin consuelo,
    Miro hacia delante
    Mas mis ojos desangran

    Mi sombra su inquietud dilata,
    Visiones de felicidad,
    Pesadillas que matan,
    Aùn existo ? o sòlo arrastro el crimen ?
    …he soñado con mundos que no existen

    Mi cuerpo
    A las profundidades he arrojado
    Mas los peces no vuelan,
    Cual anhelo màs amado,
    Desperdiciado en laureles
    Carcomidos por ratas,
    Sòlo pude contenerte
    En mis idìlicas mañanas

    Sentado sobre esta destartalada litera,
    He brindado junto a la tormenta
    Por un amanecer
    Sin luz ni blancas quimeras
    Y asì, sobre tus senos
    Sentirte aùn despierta

    Escucho el rubor
    De tus venas aceleràndose,
    Palpitando cada segundo
    Hasta desfallecer
    Tus fuerzas, tu cuerpo
    por el beso sacrificàndose
    vuelve a mì, amada Sandra,
    vuelve al atardecer !

    Aùn espero detràs de las puertas
    De las murallas
    Donde los restos reposan,
    Pulverizados en las cenizas
    De la carne muerta
    Mas el fètido olor
    De la marchitez se esboza
    En odio y decepciòn, entre esta suciedad
    Mas tu piel
    Siento en mis labios enfriarse,
    Tu alma se corrompe
    Ardiendo en mi maldad,
    De tus pechos tu luz ansìa escaparse

    Las cadenas se arrastran bajo el polvo,
    En secreto, nos abrigamos
    Bajo cimientos de miseria,
    Distanciados,
    Menguamos nuestra soledad bajo su toldo,
    …dolor, placer
    Son el amor de la vez primera,
    Inolvidable, profundo e imperdonable,
    Respirar es el sacramento
    Del condenado inexecrable

    En la cruz te veo,
    Acariciada por el puñal,
    Tu corazòn bombea
    Nuestro ruido orquestal,
    Tus ojos florecen
    Desprendiendo la llama azul,
    Siento tu dolencia,
    Tu deshonra golpeando las arterias,
    Tu humillación
    Guardada en tu ferocidad, viejo baúl.
    Antes que el tiempo
    Se grabe en las viejas maderas
    De un inmundo y desenterrado ataùd,
    Amèmonos amada Sandra,
    Hasta que la sangre
    Enjugue nuestras làgrimas
    En esta sòrdida tarde,
    Renunciando a esperanzas
    Y juegos sin jugadores,
    Amèmonos
    Y el tiempo serà nuestra casta de amores.

    VII
    Queridas horas,
    Dèjenme por el manso rìo vagar,
    Devolver mi corazòn a la fiebre del mar
    Y asì cegar en el pasado mis ojos
    Que de las orillas arrastra los fieles despojos

    He depositado en un desfondado recipiente
    Un canto entonado con furia y sadismo
    Para beber de mi alma su muerte viviente
    Y sobre la sangre verter su vasto abismo

    Algo estrangula mi garganta,
    De palabras
    mi boca saborea la esperanza,
    mas sòlo epitafios
    de lo que no existiò antes,
    mientras la luz
    gotea cada suave instante

    Sobre plateados platos
    Los ìdolos han caìdo,
    He devorado sòlo tierra de sus carnes,
    De sus cenizas
    He cubierto mi horizonte roìdo
    Por la decadencia
    Y su oleaje que arde

    De grises cielos he desentrañado mi creación,
    Entre el silencio y la niebla se abre la razòn,
    Un dèbil faro
    Ilumina mi sombra a cada esquina,
    El chubasco cae
    Y mi sonrisa purifica
    Su felicidad frente a puertas cerradas
    Mas una se abre
    Y el llanto aùn clama venganza,
    Los gatos lloran
    Y el ruiseñor despliega sus alas,
    Fluye el esperma codiciando con ultranza
    El desahogo de sus màs lìbidos pesares
    Y asì callar las mortajas
    De mis làgrimas al desearte
    Con el fiero abrazo de mis labios
    Y las criminales caricias,
    Marchitadas en años
    De nuestros besos, sellados con cerrojos
    Y cubiertos con rosales, deshojados por el rocìo
    De la tragedia, plasmada en nuestros ojos
    Al sentir la helada mañana del suicidio,
    …cuàn extensa es la àspera espera !,
    Cuàntas gotas caen sobre la acera !,
    Hemos de los cuervos esperar su llamado
    Y abandonar en la putrefacción
    Nuestro sùbito amor diezmado
    Por palabras, guardadas en sombras
    Que por los rincones vagan solìcitas,
    Anhelando junto a la inquietud de las horas
    Su atormentado reflejo
    En acciones fatìdicas.

    La pasiòn es el infortunio
    De nuestra humanidad,
    Sòlo cenizas, polvo y resignaciòn
    Es lo que resta
    de la torpe sinceridad,
    crucificada en mentiras,
    heridas de abnegación,
    piadosamente sanadas en puñaladas,
    afiladas por la gracia de vil traiciòn,
    sangradas hasta calmar al alma asqueada,
    que inmortal resucita sin compasión
    alguna por la desdicha ajena
    y el sufrimiento, cual simple recuerdo
    silencioso y eterno,
    junto al tiempo
    a sus voces se aferra

    Nuestra es la maldad,
    Nuestro el ímpetu del mundo,
    En el corazòn dolido
    La perversidad crea su extenso muro
    Acogiendo al cadáver del sueño perdido

    Ven conmigo,
    Princesa de rubicanos cabellos,
    Saciemos nuestro dolor de vivir,
    Con cada pètalo de violeta,
    Consagrado sobre el lecho,
    Abràmonos a la mundana indiferencia
    Y al placer de existir,
    Sòlo sombras somos,
    Carentes de la plebeya mendicidad
    Que en el afecto busca su ideal egoísta y taciturno,
    Hagamos de nuestra ilusa mortalidad
    Nuestro perpetuo llanto lobuno.

    VIII
    Las memorias absorben los vahos de la instancia,
    Una plegaria recluìda en la distancia,
    Un sorbo de negro bilis,
    Filtrado en el frìo torrente
    Del lìquido golpeando al corazòn impotente

    La mañana una amarga esperanza es,
    Un rìo de deshojados jazmines,
    Corriendo bajo el disimulo de la biliosa sed
    Y su cegador reflejo,
    Pintado en marchitos jardines

    Mis manos han acariciado el puñal
    De la venganza,
    Cortante cual dulce despertar,
    Iluminado en escarchas de sal,
    Victimizando mis ojos
    En el ardor del pesar

    La culpa es un extenso camino inmortal,
    Una ráfaga de oxidados recuerdos,
    Un marco clavado en el infinito abismal,
    Un entrañable rincón,
    Anidando gusanos muertos

    Màs allà de las quimeras de la muerte,
    Sòlo una sombra golpeando sin temor
    Las apolilladas puertas de su suerte,
    La inercia
    Es un trago bebido sin rencor

    Bajo esta cruz he saboreado lo mundano,
    Frente a estas llamas
    He vomitado la sangre del mundo,
    Entre sus sanguijuelas he palpado la mano
    De la divinidad
    Y las glorias del sentimiento absurdo

    Mi corazòn se retuerce en la herida,
    Mis làgrimas detienen la brisa de la lluvia,
    Los ecos de gente muriendo en una esquina,
    Entre la inmundicia,
    Mis latidos sòlo entonan furia

    Cada arrojado esperma es un refugio,
    Caldeado de esperanzas abortadas,
    Una gota de vida de un amor difunto,
    La verdad
    Detràs de las falsas miradas

    Una aberración de idilios exhumados
    De la carne,
    Resucitada entre almas caìdas,
    Una sagrada inmolaciòn,
    Un suicidio marcado
    Por las caricias del amanecer y el beso homicida

    Envejecido caigo ante las puertas del templo,
    Mis alas se consumen
    Bajo el fuego de tu cetro,
    Cierro mis manos,
    Empuñando las grises cenizas,
    Mi vida es una urna de glorias sumisas.

    IX
    He cercenado de mi sombra a toda prisa
    Una impìa devociòn
    Desterrada a la suerte,
    Derramada sobre el suelo
    Donde la ausente muerte
    Ha cerrado las puertas
    Tras las perpetuas cenizas

    El resentimiento
    Es un fantasma que deambula,
    Exacerbado por los rincones
    Del bosque desolado
    De una encarnada estrella noctàmbula
    Que mutila sus venas
    En el abrazo frustrado

    Sobrevuelan los murciélagos las penumbras
    Esparcidas en la cal
    Que cubre rostros de furia,
    El odio es una atracción por el martirio,
    Una dulce, castigadora y violenta hoja sin brìos

    Empuñada por las arañas de mi conciencia,
    de tus pies he lamido la sucia clemencia,
    …por esta tortura esclavizada a tu imagen
    Bendigo este desprecio,
    redimido en tu sangre
    con este puñal
    que se deshoja en tus venas,
    cual rojizo sol,
    ondeando en mìsera pena

    mis labios,
    debajo de tu vientre succionando
    el hedor de tu caricia abrasadora,
    entre los vellos de tu vagina
    tu esencia cegadora,
    en mis manos,
    una obsesión
    detràs de un corazòn crispado

    Desde el fondo de mi estigio infierno,
    Mis dedos se arrastran entre el velo
    De tu virgen maldad
    Que desvela el sueño en celo,
    Ahogador cual fosa
    Oculta en las olas de lo eterno

    Entre tus senos
    Mis labios intentan penetrar
    Entre mordidas la lucidez
    De un tiempo inmemorial,
    Sobre tu piel
    En rituales cortes he de hallar
    Impregnada mi venganza
    En las sombras de la sangre criminal

    Condenado al tormento
    De tus palabras sin clamor,
    De tu saliva,
    Me he embriagado en su sabor,
    Infausto lìquido de posesión y maldad
    Que a mi corazòn
    Viste en luctuosa lealtad
    Que mis manos
    Lisonjan sobre tu frágil cuello
    La fatal y piadosa caricia del desconsuelo,
    Del desamor
    Y la mirada de la desnudez
    En tus abatidos ojos,
    Escarbados por el perdido sueño,
    Abiertos como la ùltima vez
    Cuando los buitres
    De los muertos arrancaron lo ajeno
    A la putrefacción y los efìmeros anhelos

    Tu mirada, intacta, brillando en soledad,
    Ahondada en el frìo
    De tu cuerpo y su beldad,
    Congelando làgrimas
    En la retina del recuerdo,
    Escrito en una caja,
    Fiel retrato de tu corazòn muerto

    En tu boca
    He incrustado una roja vela,
    Cuando el tiempo descanse en la noche eterna,
    Mis manos
    Arrancaràn de tu alma la inocencia
    Mientras tu orgullo
    El silencio acalla sin promesas

    Eres mi diosa,
    Un cadáver sin entierro,
    Amo tanto tu cuerpo, insòlito valle desierto,
    Mi deseo acecha indolente
    Al verlo aguijoneado
    Por las larvas
    Que ahora devoran lo arrojado

    Los cuervos se reùnen en su nido de lis,
    Mis dìas se extinguen al estar aquì,
    Dormido en ti, amada mìa,
    En tu postrada belleza,
    Tu penumbrosa luz…la divinidad de mi tristeza.

    X
    Bajo la turba del viento
    Se golpean los cipreses,
    Profanados suspiros sacuden sus movimientos,
    Una sombra caida
    En la vigilia de sus cimientos,
    El sonàmbulo miedo, oculto en las paredes

    Las nubes en su desgaste se escladean, lejanas
    A las copas de los àrboles
    Y sus trèmulas hojas,
    Apresuradas se ciernen en la gloria profana
    Del fuego distante,
    Decayendo sumiso en sus gotas

    Los carroñeros
    Sobrevuelan el reloj detenido,
    De mi lengua negra tierra he desgranado,
    La blanca arena sobre mi ventana he inhalado,
    …dormido contemplo
    Las cintas del sol extinguido

    Las serpientes, arrastradas
    Brotan del solitario agujero,
    En el fango, despedazados
    Los paràsitos se acunan,
    Una cruz arrojada, un idilio pasajero,
    Las mariposas descansan donde el veneno desnuda
    La mùsica del deambulante latido
    Y su cordòn sonajero
    Mientras la aurora
    Despierta del sueño reprimido

    La crisálida manta muere en su cumbre
    Lejos, donde resucita la mortecina lumbre
    Los cadavèricos vestigios
    De una apagada antorcha,
    Atrayendo desde el letargo
    Lo que el vicio derrocha,
    Donde en mentiras
    desechan al alma ilesa,
    regada sobre un manantial rìo
    de perversas promesas

    Ante el brillo de mi osamenta luna
    He navegado por tus senderos torrenciales
    Y he depositado un cofre en la punta
    De una montaña
    Velada por el llanto de ninfas infernales

    He desangrado
    Detràs de las murallas de cieno por ti
    El desvelo de mi alma estrangulada,
    El faustoso tormento de mi obsesión febril,
    La languidez de mi sangre
    Por la traiciòn cauterizada

    Frotada sobre el cuerno
    Del negro unicornio,
    Herido, por las cenizas que emana la hoguera,
    Por esta copa, consagrada al fuego
    Que llamea la espera,
    Resucitarè sin piedad
    Y sin maquillaje ilusorio

    Sobre lo alto de una vetusta torre,
    Observo el mundo
    Ardiendo en gozo, inmolado,
    Descansando sobre sanguijuelas
    Y arcanos temores
    Que van devorando en mì
    Un recuerdo quemado

    El asesino, roedor vagabundo
    De inhòspitos brìos,
    Desciende sobre callejones posando sus velas
    En asientos que ignoran el vacìo
    Del teatro y su escenario, esculpidos en cera,
    La ùltima gota,
    De mi cuchillo cae en el frìo
    De un descompuesto cadáver
    Calmado en su pena.

    XII
    Mi sangre sobre la tierra
    Avanza hacia el letargo creciente,
    Inmortal y bilioso, cargado del luto,
    Mi corazòn
    Descansa sobre un metàlico recipiente,
    Enraizado a la corrupción
    Y el deterioro del mundo

    Tu obsesivo desprecio,
    De la discordia, tenaz amante,
    Llena los vacìos salones
    De mi alma distante,
    Tu cuerpo deambula
    Bajo el horror de tus miserables caricias,
    El odio es la atracción
    Entre dos vidas caìdas

    Las negras mariposas
    Buscan en la luna,
    Refugiar sus heridas,
    En sacrificios àvidas,
    Mis ojos declinan sin fuerzas ni luchas,
    En la brisa se perpetúan las ánimas,
    Sobre el blanco mármol,
    Azotada, tu piel desnuda,
    Duerme en la posteridad
    Del manantial de tus lágrimas

    El cielo
    Se deshiela en ardientes gotas de cera,
    Impotente me arrastro
    Surcando los helechos,
    Mis huesos
    Se cuartean por el calor de la espera,
    De tu saliva,
    La ponzoña bebo del onírico deceso

    Inaudible desciende sobre mis espaldas,
    Cual promesa, impune
    Evocada en la nada,
    Lóbrega y soslayada
    El clamor de la raza apagada

    El repudio de mis mórficos temores
    Y sus cristalizadas figuras de abatidas sirenas
    Recitan lo que perdieron en los albores
    De sus hemorrágicas pasiones
    Rotas y eternas

    Han sobrevolado el topacio
    Anunciando el regreso
    Entre las fétidas carnes
    Las larvas de los caídos,
    Tus manos desangran,
    Los muros se han destruido,
    Juntos, desvelamos
    Los horizontes del dolor extenso,
    Engullido por la escoria
    Y la perfidia de los redimidos,
    Victoriosas
    Son las derrotas del deseo intenso

    Las nubes,
    Derramadas corren a tu fallecimiento,
    Las cigarras,
    Entre chirridos abandonan sus alas,
    Aún late tu ausencia
    En los infartos del tiempo,
    Empuñado por mis manos
    Que atenúan las llamas

    La esfera invernal
    Cae reflejada en la acera,
    Mi realidad,
    Una abstracción que decae en la tierra,
    De sus calurosos torrentes
    Bebo tu angustia,
    Perpetuada sobre tus senos
    Durante centurias

    Tus brazos,
    Sobre blancas flores
    Se deslizan desangradas,
    El rojo vino de tu carne desangra tu boca,
    Perdidos pesares escupen tus labios,
    El crimen
    Estigmatiza tu mirada redentora.

























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