Ser madre

Ofrecer mis entrañas como viviente nido
donde se forma el milagro de la vida
más allá de ser honor o privilegio
es una inigualable misión divina.

La consciencia sobre el valor del “ser humano”
tan solo se comprende al sentir dentro
el dulce y frágil palpitar de un corazón
que alimentas con tu propia respiración.

La mente es lúcida, como nunca lo fue
se expanden y agudizan los sentidos
cuando la existencia devela su verdad
y se aprende a amar de forma incondicional.

El más cobarde se transforma en héroe
por defender a un ser que en su pequeñez
concentra del universo la inmensidad
y con su presencia mágica irradia felicidad.

Gota de Luz, su inmaculada existencia
sonrisas que estallan en infinitos colores
miradas inocentes que nos ponen de rodillas
abrazos que nos envuelven en milagrosa paz.

Pero los hijos son como nuestro espejo
serán fuertes si les enseñamos a reír
y poderosos si les nutrimos con amor
y sí aprenden el respeto, respetaran.

Y sí sembramos valores en su espíritu
en sus propias guerras vencerán
los hijos nos enseñan y se van
pues buscan su horizonte cuando crecen

Nuestras reglas y dogmas cuestionan
si es que has hecho bien tu labor
pues serán libres pensadores
y hallaran su camino con propia intuición.

Ellos son nuestra fortaleza y debilidad
sus lágrimas nos causan inaudito dolor
su ausencia un vacío que nadie puede llenar
nuestros lazos trascienden a la eternidad.

Pero alégrate de aquel que no repare
en conquistar sus sueños sin temor
y se marche sin ti a descubrir el mundo
sé orgulloso del que a otros tienda su mano.

Y ejerza la esperanza o enarbole el perdón
como bandera, pero jamás venda su dignidad,
ya que los hijos son nuestra herencia al mundo
la huella de nuestro andar por la tierra.

Son el fruto o la flor del árbol de la vida
las madres somos igual que un jardinero
que sus raíces sean fuertes o se pudran
depende del amor con que les cuidemos.

Por eso, somos el agua que les nutre
el sol que les arropa, la tierra que les coge
damos todo para quedarnos poco
para ellos somos; el rostro femenino de Dios.​

HADA NOCTURNA
julio 2014​

 

Yo no soy ni seré madre pero tengo una que es lo más grande para mí, por eso me ha gustado muchisimo tu poema, tiene fuerza, certeza y esta muy bellamente escrito, te felicito Hada Nocturna. Un abrazo desde Zaragoza (España). Paco.

 

Paco, te agradezco tus comentarios, la fuente de inspiración es un niño que ahora va a cumplir los 15 años, ojala y un día se exprese de mi, como tu te has expresado de tu madre, quien seguramente te enseño a amar y respetar. Tomo y devuelvo ese abrazo desde México; tan lindo y sufrido. Bendiciones!!!