Serás mía y de nadie más!

La distancia me ha hecho ver,
por fin, que no podré verte;
y aún así te haré mi prisionera
para que nadie más pueda
sentir tu calor entre sus manos;
o escribir nada en tu contorno
ni en el oscuro silencio de la noche,
ni de ninguna otra manera.

He ocultado tu verdadero nombre;
lo he escrito con tinta invisible
en mi cuaderno de bitácora;
sólo yo podré susurrarlo
cuando esté la mar serena
en horas de bajamar,
entre arrecifes de coral,
en aguas de luna llena.

 

Egoísta.
Pero está bien...
Si de todos modos, alguna vez debemos terminar...
La tarea creadora es continua. Pero tiene un final feliz.
Entonces, no es cuestión de esperar y esperar.

 

Las personas no deben ser propiedad de nadie. El verdadero amor consiste en compartir los mismos sentimientos.

Saludos cordiales desde Madrid.